Contaban muchas cosas de ese pueblo, generalmente cosas malas. Pero demasiad fantásticas para mi gusto. Nunca he creído en lo paranormal, poco creo en lo normal y voy a creer en patrañas metafísicas. Por este escepticismo y en realidad por el apuro económico, no dudé en aceptar la petición de aquel misterioso caballero que me llevaba a este pueblucho de mala muerte. Cuando llegué, la gente del pueblo parecía reacia a saludarme, casi como si vieran a un futuro cadáver. Al parecer, por la visión externa, no parecían tener muchas visitas durante el año. Era una linda noche de luna llena y comencé a recordar a esa señorita, a la que eones atrás, regalé esta luna que ahora veía.
La gente del pueblo me dejo contrariado con historias de sucesos paranormales que sucedían la noche de luna llena. Contaban que rugidos y aullidos se escuchaban del tenebroso bosque y que prácticamente la población del pueblo se había reducido en uno 85 % en el último centenario. Inmediatamente recordé mi infancia llena de creencias en lo pagano y sobre todo en el hombre lobo. En realidad para mí siempre este fue el mejor de todos los monstruos, ya que tenía todas las bondades y prácticamente ninguna de las debilidades, más allá de una malvada bala de plata. Pero era difícil encontrar balas de plata en este pueblo, sobre toda a altas horas de la noche. No es que de un momento a otro dejara de ser escéptico y comenzara a ser un tipo asustadizo, estilo Shagui, de Scooby Doo. Pero no sé porque comencé a recordar en los licántropos.
Noté, al otro día, que los pueblerinos no utilizaban servilletas, aunque no parecía ser tipos de poca cultura. De hecho, por el contrario, era bastante cultos. La falta de uso de servilletas tenía razones más superiores, tal vez de índole filosóficas. Más bien, parecían tenerle miedo a estas servilletas, casi como si se tratara de algo maligno e incluso peligroso. Extraño, siendo que se trataba de un inocente trozo de papel, que en el peor de los casos te produciría un feo corte, pero nunca de mayor profundidad. En realidad yo ni siquiera llegaba a sospechar en el lío en que me estaba metiendo. Ni siquiera por casualidad.
Cuando ya no queda nada más que hacer, ver en la Televisión o no se tiene xbox 360.
8.11.07
Ser, no ser, un montón de patrañas
¿Ser o no ser?, he ahí el dilema. De elegir por una, elegiría ser, pero tendría que empezar por definir que sería ser. Si utilizara mis conocimientos de filosofía griega, que básicamente se reduce a una persona, llamada Parménides, diría que ser, el ser, es todo. Bueno es bastante general y por mucho tiempo, pensé que tan sólo se refería al yogur ser, de Argentina (no es que haya viajado al país, vecino, simplemente es que veo televisión). Pero últimamente he entendido un poco más del asunto y admitir que en realidad yo soy parte, de lo bueno y lo malo, me parece bastante ambiguo y por ende, reniego esta situación. Entonces yo creo que mi no muy amigo Shakespeare, dominando todo este asunto de filosofía greco romana, se debe haber referido a ser o no ser como él era o no era, sin saber yo, como demonios era este caballero. ¿Ser o no ser como soy? Interesante, siempre he defendido el hecho de que debo ser como yo soy y listo, no hay más vuelta que darle. Y mi forma natural de ser es básicamente un ermitaño, un tipo solitario, que en realidad recibe mensajes del mundo y por interés propio, decide ignorarlos. Pero no lo demuestro, es extrañísimo. Es mi forma natural de ser, pero me siento culpable de ser así, y por lo mismo, realizo actos que a cualquier dejarían feliz, pero que a mi me atormentan. ¿Le ayudo a cruzar la calle señora? ¿Por qué siquiera le hablo a esta octogenaria? Extrañísimo. Además, ni siquiera recibo respuestas de la señora y más que agradecerme, parece sacarme a todos mis familiares en cara, incluidas mi tatarabuela gallega. ¿A que piso va señora? ¿Por qué no me contestará? ¿Señora? ¿A que piso va? Se bajó la señora. De nada señora y hasta luego, que tenga un buen día. Nada, gente estresada y ordinaria, sin modales, criados a base de mugre y de bares de mala clase. ¿Entonces por que siquiera le hablo de buenas a primeras? ¿Por qué, mi extraño Salado? No me entiendo, para nada de hecho. Sería tan simple ser de mi forma natural, mi forma más simple, mi modo a prueba de fallos y en ahorro de energía. Si no lo hago por el hecho de evitar ser como Lex Luthor, en realidad sería un idiota, porque claramente no tengo los medios materiales ara realizar planes tan malévolos, como el llevaba a cabo. ¿Miedo a que entonces? ¿Al rechazo? ¡Já! Como si el resto me importara. La verdad es que no y a la vez sí. ¿Extraño? Bueno, no lo niego. Tal vez lo más fácil sería decir que no me importa la visión que tengan de mí, pero si me importa su destino, el hecho que poder ayudarlos, si es que está en mis manos. Y más que enorgullecerme esto, me enferma de mí mismo. Mi mismo eres un idiota. ¿Cuál es la respuesta a mi gran duda? Yo no la tengo y si alguien la tuviese sería de gran ayuda. Tal vez la respuesta correcta sería ser y aguantarse lo que eso traiga en tu contra. Y es bastante fácil escribirlo, más fácil que hacerlo, al menos. Me da miedo pensar como llegaría ser sin trabas, sin correas ni ataduras. Tal vez podría comenzar afeitándome el pelo al cero, sería un buen look de villano. La duda está si en mi destino está escrito ser un superhéroe. En fin, al menos sería uno bastante rasurado.
5.11.07
¿Una novela yo? ¿En qué estaba pensando?
Hace unos días me inscribí en un concurso para realizar una novela. No tiene premios ni nada, sólo la satisfacción de escribir. Y la verdad me he dado cuenta que soy pésimo escritor. Tal vez fue un error probar literatura, es lo más seguro. Tal vez debería haber estudiado algo más inferior como Medicina o Derecho, en que en teoría piensas, pero no tanto. Y básicamente me he dado cuenta de eso. En la teoría pienso, mi papá es inteligente, me fue bien en la escuela, pienso. La sumatoria es simple. Pero a medida que han pasado los años y décadas, en que supuestamente soy un escritor “aceptable”, para mi no lo soy tanto, aparte de decir ciertas verdades, que a algunos dan risa por ser sarcásticas o algo por el estilo. Nunca he entendido el porqué de su risa, si realmente lo que estoy haciendo es insultarlos, en su cara. También me estoy insultando a mi y pensándolo bien debería golpearme. Hecho, me he golpeado y la verdad me lo merezco, nadie debería ser tan directo para decir las cosas. Continúo con mi relato. Con esto de la inscripción me he dado cuenta de lo poco inspirado que soy. Es que veo a esa gente que habla de la naturaleza y los colores y todas esas patrañas y básicamente yo veo nada. Un edificio, smog y unas cuantas montañas cuando la capa de brea que cubre el cielo, me deja contemplarla. ¿De qué me inspiro? ¿Cómo diantres hago una novela? 100 páginas, desatinados. ¿No han escuchado de las novelas cortas? Son lo mejor, fáciles de escribir, fáciles de leer, listo. La ley de la selva, en realidad la ley de la ciudad, en que el más flojo gana. ¿Puedo escribir 100 páginas? Por supuesto. Ahora, ¿Qué tengan sentido alguno las 100 páginas? Estamos hablando de otra cosa. Podría pegarme un Tolkien y empezar a describir hasta la más mínima molécula que pasa por la pieza y claro, una pagina por molécula, pero incluso así no creo que llegue a las 100 paginas. ¿Cómo hice ese guión hace 3 años? En teoría debería estar evolucionado, por el contrario, estoy involucionando. Es gracioso de verdad, como me supero a mi mismo, pero antes de ahora. Motivo de orgullo, sarcásticamente, claro. Pero en esos tiempos debo haber sido una hemorragia de hormonas, una explosión, tipo Chernobyl, de ideas u pensamientos a la vena. Lluvia de ideas al máximo. Me acuerdo en mis tiempos de colegio, cuando me hacían escribir lluvias de ideas. Era una bazofia, a los minutos, hojas y hojas. ¿Qué ha pasado? ¿Tan poco ilusionado estoy? ¿En que parte intervino el idealismo? No lo sé, no lo puedo saber todo, cuando ya sé nada, que es mucho. En realidad mejor termino, en una de esas llego a las 100 paginas y sería estúpido haberlo hecho explicando el como no voy a llegar a la meta. Sería irónico, pero, no sería una sorpresa, al menos ya no.
Soy un ignorante
No entiendo la teoría de aprender con lo de la prueba y el error. Es decir, lo entendería para un ejercicio matemático o si estoy construyendo una maqueta de un castillo del siglo 16. Pero porque son cosas materiales, que por mi conciencia pasan sin cuidado. Por el contrario, cuando se trata de cosas sentimentales, mi corteza cerebral, le da una implicancia superior. Porque simplemente son superiores, es evolución. No es un sentido de superioridad sobre los animales. Pero es ciencia simplemente. Es decir, si un animal se le sube la temperatura al ver a un espécimen de distinto género, caminar con las pompas para todas partes en algún periodo reproductor, es normal que tengan algún tipo de relación sexual. Es evolución, en un sentido de perpetuar la especie. Pero no lo entiendo en humanos, de verdad que no. Y no porque el momento no me parezca entretenido ni placentero. Es por lo de ser superior, aparte de estar gobernado por la conciencia. ¿Cómo lo hacen para obviar la conciencia? De verdad no me lo explico. Me declaro ignorante ante esto. Es cierto, puede ser por inmadurez. Pero hay casos en que simplemente la inocencia y la inexperiencia ya se ha acabado hace rato. Ya no es una excusa. Pueden ser inmaduros y actuar como infantes, en realidad como adolescentes, pero eso no los libra de la conciencia. De hecho, para mi gusto debería condenarlos aún más, refiriéndome a la edad en que están cometiendo tales faltas. Viejos, entre comillas, cometiendo nimiedades, cosas de niños (adolescentes, reitero). Es que no sé si en realidad estoy muy mal, puede que sí, considerando esto de la prueba y el error. Porque he probado y he errado al encontrar a alguien que piense semi parecido a mi. He encontrado a gente que piensa así, pero no lo lleva a la práctica. ¿Y que es un pensamiento sin ser llevado a la practica? ¿Comunismo? ¿Nazismo? Claro, tal vez es un extremo básicamente, una utopía que no va a llegar a ser realidad. Tal vez todo en la práctica está en el centro, en una neutralidad entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto y lo incorrecto, que sé yo. No se trata de ser un robot, de ser perfecto. Obvio que uno se puede equivocar, no lo voy a saber yo. Estúpidamente he errado y mucho. Pero me arrepiento. No digo que me haga mejor, pero me conforta al menos. Con esta doña conciencia. ¿Cómo lo harán los demás? Al final no sólo en las relaciones amorosas, sino que en todas las relaciones. Tal vez faltan más siquiatras en el mundo o tal vez ese filosofo moderno tenia la razón, falta más Platón y menos Prozac.
4.11.07
Explicación teórica de una canción de Arjona 2.0
Olvidarte es más difícil que encontrarse al sol de noche
que entender a los políticos o comprar la Torre Eiffel
más difícil que fumarse un habano en American Airlines
más difícil que una flor plástica marchita.
Queda claro lo difícil que es olvidar a esa persona en particular. Es decir, todo esto es una hipérbole para decir que es imposible, está claro. ¿Cómo olvidar lo que no se quiere olvidar?
Olvidarte es mas difícil que una flaca en un Botero
que encontrarse a un gato verde, o a un cubano sin sabor
mas difícil que Lady Di en la estación del metro
olvidarte es tan difícil olvidarte.
En esta travesía de olvidar, se entra en angustia. Angustia de no poder llevar a cabo la tarea a realizar, es decir, olvidar. Uno piensa que olvidando se solucionan los problemas, tapándolos con otras relaciones, bebidas, etc. Pero caballeros, para algo tenemos memoria. Señoritas, entiéndanme, al menos para mí es imposible y no sé si sea algo para siempre. No conozco a mi yo del futuro, pero si conozco de constantes y puedo hipotetizar con que yo también soy una de esas constantes, o claro, tal vez no yo, pero sí mis sentimientos.
Olvidarte, olvidarte
es querer jalarle el pelo a una botella.
Imposible y angustiante y te produce delirios ¿Cómo tirar algo que no existe? Bueno, es tan iluso como olvidar algo, en realidad a alguien, que no se puede olvidar.
Es creer que la memoria es un cassette para borrar
olvidarte es recordar que es imposible.
¡Claro Ricardo! Pensar que tus letras siempre estuvieron aquí, en mis pensamientos y recién ahora me doy cuenta de lo que significaban. Poco a poco me doy cuenta del teórico que eres. Claro que es imposible y si quiero olvidar, es saber que no puedo hacerlo. Es tan simple como eso.
Olvidarte, olvidarte.
Incluso es más difícil que aguantarte.
Ninguna relación humana es perfecta. Todos somos individuos y por lo mismo, somos diferentes. Es imposible que no existan roces y en algunos momentos, sin querer, se pueden volver realmente estresantes. Pero de alguna manera, de alguna forma, alguien, algo, tiene que hacernos entrar en razón que estos problemas estresantes son un pelo de la cola de un perro gigante. Es nada, comparado al no tenerse mutuamente.
Si extraño tu neurosis y tus celos sin razón
¿Cómo no extrañar tu cuerpo en mi colchón?
Si extraño todas sus cosas malas, ¿Se imaginan como extraño todas sus cosas buenas? Es que si lloro y me siento acongojado por las veces que me retaba, no encuentro el como no extrañar cuando me hacía sonreír. Realmente no lo sé, voilá, es decir, he aquí la angustia de que hablaba.
Olvidarte es un intento que no lo deseo tanto
porque tanto es que lo intento que me acuerdo mucho mas.
Y he llegado a sospechar que mi afán de no acordarme
es lo que me tiene enfermo de recuerdos.
Generalmente las tareas deben tener un fin último, que te lleva a tener las ganas de terminarlas. Como decía inicialmente, ¿Cómo olvidar lo que no se quiere olvidar? Porque si de alguna manera tú quisieras olvidar, tal vez llegues a hacerlo, al menos, por muy difícil, llegarías a la meta. Y si los recuerdos se te vienen sólos a tu conciente, logran escapar de este inconciente, de esta memoria a la que no quieres entrar y se acomodan en primera fila, para ue tú, el que quiere olvidar, sufra y se angustie, por todas las cosas buenas o simplemente por ella, el recuerdo.
Olvidarte es lo que espero para reanudar mi vida,
harto de seguir soñando con la posibilidad.
De que un día por error, o pura curiosidad
Le preguntes a un amigo por mis huesos.
¿Cómo seguir con una vida, que ha perdido la llama que la hacía seguir? ¿Para que seguir? En realidad, esa es la pregunta exacta. Si nadie te entiende porque sufres tanto, es sólo una relación, dicen todos. Pensando en que hay cosas más importantes, como ir al cine o carretear. Y bueno, ahí llega la angustia, de pensar que todo lo que hiciste y sentiste y sientes sirvió de nada y si ella estará igual que tú. ¿Estará sufriendo como yo? ¿O simplemente siguió con su vida y yo ya sólo soy un recuerdo y en el mejor de los casos, un buen recuerdo? En realidad, pensándolo mejor, no es de las mejores ideas escuchar a Arjona en este momento.
que entender a los políticos o comprar la Torre Eiffel
más difícil que fumarse un habano en American Airlines
más difícil que una flor plástica marchita.
Queda claro lo difícil que es olvidar a esa persona en particular. Es decir, todo esto es una hipérbole para decir que es imposible, está claro. ¿Cómo olvidar lo que no se quiere olvidar?
Olvidarte es mas difícil que una flaca en un Botero
que encontrarse a un gato verde, o a un cubano sin sabor
mas difícil que Lady Di en la estación del metro
olvidarte es tan difícil olvidarte.
En esta travesía de olvidar, se entra en angustia. Angustia de no poder llevar a cabo la tarea a realizar, es decir, olvidar. Uno piensa que olvidando se solucionan los problemas, tapándolos con otras relaciones, bebidas, etc. Pero caballeros, para algo tenemos memoria. Señoritas, entiéndanme, al menos para mí es imposible y no sé si sea algo para siempre. No conozco a mi yo del futuro, pero si conozco de constantes y puedo hipotetizar con que yo también soy una de esas constantes, o claro, tal vez no yo, pero sí mis sentimientos.
Olvidarte, olvidarte
es querer jalarle el pelo a una botella.
Imposible y angustiante y te produce delirios ¿Cómo tirar algo que no existe? Bueno, es tan iluso como olvidar algo, en realidad a alguien, que no se puede olvidar.
Es creer que la memoria es un cassette para borrar
olvidarte es recordar que es imposible.
¡Claro Ricardo! Pensar que tus letras siempre estuvieron aquí, en mis pensamientos y recién ahora me doy cuenta de lo que significaban. Poco a poco me doy cuenta del teórico que eres. Claro que es imposible y si quiero olvidar, es saber que no puedo hacerlo. Es tan simple como eso.
Olvidarte, olvidarte.
Incluso es más difícil que aguantarte.
Ninguna relación humana es perfecta. Todos somos individuos y por lo mismo, somos diferentes. Es imposible que no existan roces y en algunos momentos, sin querer, se pueden volver realmente estresantes. Pero de alguna manera, de alguna forma, alguien, algo, tiene que hacernos entrar en razón que estos problemas estresantes son un pelo de la cola de un perro gigante. Es nada, comparado al no tenerse mutuamente.
Si extraño tu neurosis y tus celos sin razón
¿Cómo no extrañar tu cuerpo en mi colchón?
Si extraño todas sus cosas malas, ¿Se imaginan como extraño todas sus cosas buenas? Es que si lloro y me siento acongojado por las veces que me retaba, no encuentro el como no extrañar cuando me hacía sonreír. Realmente no lo sé, voilá, es decir, he aquí la angustia de que hablaba.
Olvidarte es un intento que no lo deseo tanto
porque tanto es que lo intento que me acuerdo mucho mas.
Y he llegado a sospechar que mi afán de no acordarme
es lo que me tiene enfermo de recuerdos.
Generalmente las tareas deben tener un fin último, que te lleva a tener las ganas de terminarlas. Como decía inicialmente, ¿Cómo olvidar lo que no se quiere olvidar? Porque si de alguna manera tú quisieras olvidar, tal vez llegues a hacerlo, al menos, por muy difícil, llegarías a la meta. Y si los recuerdos se te vienen sólos a tu conciente, logran escapar de este inconciente, de esta memoria a la que no quieres entrar y se acomodan en primera fila, para ue tú, el que quiere olvidar, sufra y se angustie, por todas las cosas buenas o simplemente por ella, el recuerdo.
Olvidarte es lo que espero para reanudar mi vida,
harto de seguir soñando con la posibilidad.
De que un día por error, o pura curiosidad
Le preguntes a un amigo por mis huesos.
¿Cómo seguir con una vida, que ha perdido la llama que la hacía seguir? ¿Para que seguir? En realidad, esa es la pregunta exacta. Si nadie te entiende porque sufres tanto, es sólo una relación, dicen todos. Pensando en que hay cosas más importantes, como ir al cine o carretear. Y bueno, ahí llega la angustia, de pensar que todo lo que hiciste y sentiste y sientes sirvió de nada y si ella estará igual que tú. ¿Estará sufriendo como yo? ¿O simplemente siguió con su vida y yo ya sólo soy un recuerdo y en el mejor de los casos, un buen recuerdo? En realidad, pensándolo mejor, no es de las mejores ideas escuchar a Arjona en este momento.
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