28.6.08

Me amo

Creo que estoy enamorado de mi mismo, pero no me atrevo a verme en el espejo. Nunca lo he hecho y todavía no me dan ganas de hacerlo. Pero por la cara de las féminas de la Tierra, debo estar bien, es decir, al verme vomitan, pero debe ser porque se sienten poco dignas de tal belleza. ¡Nenas! Tranquilidad, son poco dignas, pero no por mi belleza, sino que por mi intelecto. Es cierto que tiendo a ocultarlo escuchando reggeton y viendo programas juveniles en canales de señal abierta, pero es para despistar. Es cierto también que no sé cuánto es 36 x 36, pero creo que es una anomalía de las grandes mentes, simplemente no tenemos tiempo para operaciones. En el colegio me molestaban por mi aspecto, otra señal de que mis compañeros sentía temor por mi potencial de seductor. Ni siquiera quiero pensar que me diría Antonio Banderas. Aparte soy tan simpático, siempre hago gracias y me rio solo. Me hago reír hasta a mí mismo, eso debe valer por mil (¿Eso es como 100 por 100? En fin, operaciones, insisto). Mi voz, es tan dulce, la gente, siempre hace una especie de reverencia cuando canto, algo rara eso sí, ya que se tapan los oídos, debe ser de origen musulmán o algo por el estilo. Vómitos, risas y orejas tapadas, que galán, Brad Pitt se lo quisiera.

Manifiesto saladístico

¿Debo arrepentirme de algo? Porque siento que es un secreto a voces que fui un idiota. ¿Perseguido? Puede ser ¿O no? ¡O no! Pero hablando en serio, siento que la gente, mis innumerables seguidores, mi mamá, mi papá y la mancha de leche de chocolate de mis sábanas, creen que ya debería estar en otra sintonía, casi casándome con otra persona, que me gusta sufrir y que en realidad así no voy a salir adelante nunca. Pero depende de que llamemos salir adelante y eso varía según la persona. Para algunos sería abrir la puerta y dar un paso, HACIA ADELANTE, para otros sería verme bailando y “perreando” con alguna “señorita”, para otros sería parar de escribir este tipo de historias y hacer una revista sobre payasos o algo por el estilo. Pero no creo que el día de mañana me vean llegando a la Universidad con polera sin mangas, cadenas en el cuello con el signo de dólar (cadenas de plata, obvio) y hablándole a la persona más desconocida que encuentre. Para mí, salir adelante, es darme cuenta que puedo volver a estar bien conmigo mismo, sólo, como siempre había sido. Acostumbrarme a que uno no se gana el loto dos veces y no por eso uno tiene que estar mal. Sólo que no se puede estar increíble toda la vida. Mi peak fue ahora, a mis treinta y tantos años mentales, 12 terrestres, 117 perrunos y 457 gusanoides. Darme cuenta que, en realidad, ya no estoy enamorado, pero que siempre la voy a amar. Que fue más que una historia, una simple anécdota, más que una razón por la que alegarle a Dios o enojarme con mi prójimo.
El día de hoy, declaro, un nuevo amanecer, por decirlo de alguna manera. No es un renacer con bombos y platillos, ningún desfile viene a recibirme, de hecho a nadie le importa. Nadie más que la revisión de Word va a leer estas palabras y eso lo tengo claro, esto es entre mi mente y yo, una especie de batalla por la tranquilidad.

26.6.08

Me burlo del planeta y de sus vicios.

¿Por qué tengo que sentirme mal por estar enamorado? ¿Por qué tengo que ocultar mis sentimientos? ¿Por qué me tengo que guardar mis ganas de mejorar el mundo, sólo para que ella esté mejor? Sé que ella ya no me quiere, que todo término y que simplemente me tengo que hacer la idea, de que en algún momento remoto, otro badulaque va a ocupar mi puesto, al que yo no renuncié, me echaron, sin posibilidad de reclamos o de mejorar. ¿Por qué tengo que guardarme las ganas de estar con ella, si es lo que mejor me hace estar? Que estoy mal y la solución es tan simple, un abrazo. Y ese abrazo va a ser imposible, una vez que otro tome mi lugar ¿A quién abrazo en ese momento? ¿La foto de quien voy a tener en mi billetera? ¿La imagen de quien voy a tener en mi memoria, cuando piense en lo lindo que sería mejorar el mundo? Yo creo que va a ser ella, pero para ella yo no voy a ser, salí del mundo y del verbo ser o estar.
Tal vez es culpa mía por habérmela jugado, haber sido extrovertido una vez en mi vida y no quedarme en mi fortaleza de la soledad, que tan escondida está. Recuerdo la soledad previa al noviazgo, no es lo mismo. La soledad de hoy es distinta, la de antes era por un supuesto, la de hoy es por una realidad. Vendrán otras, ¿Vendrán otras? Puede ser, de cierta manera. Pero tan sólo hay una que voy a ocupar de imagen para mejorar, aunque sea de otro. No es lo correcto, pero ante esta broma del destino, uno tiene que improvisar.