Es hora. Es hora de partir. Ha sido un gran viaje, juntos, tú y yo. Yo como alter ego y tú como ser real, escribiendo para que yo sea un persona famoso, con propio espacio. Es hora de separarnos, para tal vez, nunca más vernos. Fue una gran aventura, vivimos muchas cosas juntos, los mejores amigos. Pero tú, ya maduraste y yo me di cuenta que ya no me necesitas, que somos dos seres distintos y que no quiero retenerte más, ya que como alter ego, siempre seré igual y tú compadre, ya estás en otra órbita. ¡Abre tus alas! y no sólo planees, vuela, vuelta bien alto y llega a la cima donde está escrito que llegues. Yo, siempre voy a estar aquí, escribiendo tonteras, divagando y filosofando sobre la vida, contándo sobre mis múltiples aventuras amorosas, sufriendo, pasándolo increíble y así. ¿Vamos a volver a conversar, querido camarada? Pero claro que sí, pero ahora, completa tu destino. ¿El futuro? Bueno, lo veremos más adelante, ahora, conquista el mundo, paso a paso. Porque lo tienes todo y a la vez nada, si es que no tomás la oportunidad. Y hombre, ¡ve por ello! Porque vale la pena.
La conocí en una fiesta. Y mi impresión no fue la mejor del mundo. Es decir, ahí estaba ella, borracha claramente, besando a otro muchacho, que al menos yo, no lo conocía. Tenía unos 35 años y para una "niña" de 21, simplemente era como mucho. Pero algo tenía. Su cabellera rubia, su figura un tanto exuberante en la zona mamaria. Generalmente no me atraen ese tipo de mujeres, pero ella tenia algo. Le pregunté a una amiga de ella si es que estaba pololeando con el lolosaurio con él que estaba tan cariñosa en la fiesta. Me dijo que no, que generalmente ella era así de cariñosa en las fiestas. Eso no mejoró mi imagen de ella, es decir, no era precisamente una señorita, ante mis ojos. Pero yo hace mucho tiempo que no soy un caballero, al menos eso me hice creer en ese momento. Y la observaba bailar y de repente me veía de vuelta. Y cuando besaba a aquel tipo que podría haber sido mi padre, la sangre me hervía de rabia. No la conocía, no la quería, ni siquiera la había extrañado alguna vez, menos besado. Pero ya la pensaba mía. En mis pensamientos de ese momento, tenía que ser mía. Ser yo con quien bailara, ser yo el que iba a ser uno más para ella. Pero para mi no sería una más. Sería una de pocas. Casi como una medalla de aquella noche. Pero tenía que hacer algo al respecto. Así que salí de mi posición estratégica del sillón y comencé a contornearme como si fuese un antiguo miembro de N´sync. Me fui acercando, haciéndome paso a través de la multitud (más menos 10 personas) y llegué hasta ellos, mi chica rubia (Insisto, ya era mía) y el vejete. Me puse a bailar entre ellos y le dije a la muchacha "Sap" (como si viviese por años en el Bronx). Ella me respondió sensualmente "Loco, ándate". Pero yo sabía que no era en serio. Me di vuelta y le dije al vejestorio "Viejo, anda para la barra y comprame 2 coca cola, una para mi y otra para la chiquilla. Y haslo rápido, por favor" El tipo ni siquiera me miró, sólo vi un puño acercándose a mi cara. Me hubiese gustado hacer la maniobra de Spiderman 1, esquivar el golpe, con una doble mortal y luego empujar por varios metros al mequetrefe, pero sólo atiné a gritar como una nena (Era para despistar a la multitud). Fui al baño del local, me puse algo frió en el ojo morado y replantié el plan de ataque. Salí del baño sintiéndome como un ganador (un ganador que acababa de recibir un golpe en el ojo) y nuevamente decidí acercarme a ella. Vi que hacerme el bacan no era la táctica, así que opté por el lado romántico. Sacar el Arjona que llevaba dentro, el 007 que criaron mis padres. Me acerqué y le dije al tipo "Mira, yo sé que lo pasas bien en este momento y te entiendo. Pero ella es el amor de mi vida ¿Me entiendes? (Fingí un par de lágrimas). Es la madre de mis hijos, de mis 17 pequeños. ¿Dejame bailar con ella y besarla? Le pondríamos a alguno de nuestros retoños, tu nombre. Sería bonito" No me dijo nada y nuevamente me golpeó, por suerte, en el otro ojo. Nuevamente me veía en el baño, colocándome algo frió. A este punto ya parecía un Mapache. Salí del baño un tanto dolorido y sin poder guiñar el ojo y decidí jugarme mi última carta, el aventurero, el Indiana Jones que todos llevamos dentro. Le pagué a una muchacha para que coqueteara con el tipejo, para alejarlo y no recibir un nuevo golpe. Le di un tiempo, 5 minutos para que la muchacha contratada hiciera lo suyo, luego fui hacia la blonda chica y le dije "How you doing? (como Joey de Friends) y no dijo nada, sólo me golpeó entre las piernas. Fui al baño y me puse algo frió. Mi plan se reestructuró para pasar a alcoholizarme y sentarme nuevamente al sillón. Claramente si la chica tenía algo, se había nublado entre la inflamación y el dolor que sentía. Tomé el Ron más cercano a mi ubicación y me dirigí al sillón. Y ahí estaba, mi chica, al menos la que debería estar besando yo, ahora besando a otro tipejo. Corrí donde su amiga y le dije "Oye, él es su pololo" y me dijo "No, simplemente los dos estaban en el sillón. A propósito, ¿No estabas tú en ese sillón?"