1.6.06

Maltrato emocional


He visto como últimamente las protestas han estado de moda. Siempre las he encontrado una imbecilidad, pero una imbecilidad con un propósito más allá de ser sólo una idiotez, al menos con un propósito mayor que lanzar una piedra por los aires. Todo iba bien, hasta que a algunos carabineros con pocas neuronas en la cabeza, otros periodistas con menos neuronas formaron unos días un lío de aquellos, sólo porque los periodistas fueron golpeados. Digo sólo sin querer quitar la gravedad que es golpear a otra persona, pero si yo tuviera a un periodista, de esos que cubren las noticias, frente a mí, también lo golpearía. Pero en las noticias vemos casos de violencia todos los días, violaciones, asaltos, robos, choques, asesinatos, morande con compañía, vértigo, maltratos intrafamiliares, etc. La violencia está, no es algo que sea nuevo. La hemos tenido durante toda nuestra historia como humanoides, pero siempre como violencia física. Creo estar casi seguro de que lo que mencionaré a continuación es algo más bien nuevo (no que sea el primero al que el pasé, hay mucho), salvo en el periodo histórico conocido como romanticismo.
Que mi vida amorosa sea una montaña rusa no es algo nuevo en este sitio, de hecho se basa la vida según salado (con minúscula porque más que un nombre propio, ya es un apelativo). Pero últimamente me he dado cuenta del mal que me aflige hoy por hoy, maltrato emocional. Que he sido rechazado durante mi ya no tan corta vida, lo he sido, lo admito y me da lo mismo. En el fondo siempre he sacado algo bueno de esas desilusiones. En el punto en que me encuentro hoy no es algo nuevo, embobado, baboso y por una damisela con pololo. Ya he sacado un master en estas situaciones y la solución es bastante simple, olvidarme y seguir adelante, pero no puedo, En el fondo puedo, pero no quiero. Mi lógica Kantiana me detiene, me prohíbe y le da comida a mi espíritu idealista. ¿Acaso esta mujer convierte las cosas en oro cuando las toca? Onda para explicar de alguna manera racional el fondo del reclamo. Pero el amor no es racional y como ya he dicho antes, es el mayor alucinógeno que existe. Ella no tiene nada del otro mundo, pero las 10 cosas que describí en este mismo sitio hace un tiempo (podrían ser mil cosas), es lo que me tiene loco, me tuvo loco y me tendrá así durante un tiempo.
El punto va en que yo hace un tiempo decidí en recular mis intenciones, debido a que pensé que su pololeo siempre impediría que estuviéramos juntos y para mí es así. No es que vea a su pololo como una valla o a su pololeo como un obstáculo, de hecho son como un aderezo mas adrenalínico. El tema va en que yo soy muy respetuoso de las relaciones amorosas, así me enseñaron las películas que he visto durante toda mi vida, desde lo que el viento se llevo hasta 10 cosas que odio de ti. Pero ella me busco, ella extrañaba mi compañía de cierto modo. Siempre pensado en que a las mujeres les encanta tener un séquito de babosos a sus pies, acepté su llamado de compañía, precisamente porque soy un baboso. Y así estamos ahora, ella me hace cariño y yo no sé como interpretarla. No quiero ser su “amigui” porque ya me ha pasado muchas veces y ya tengo muchas amigas circunstanciales, de esas que me he tratado de engrupir durante meses y al final ahora son mis amigas, no es que me queje tampoco. El punto va a que no sé que hacer, yo he decidido alejarme nuevamente, porque en realidad comprendo que hay muchos peces en el mar. El tema va que a mi no me gusta pescar y el pescado que a mi me gusta, sólo sale en ciertas ocasiones y en estos momentos alguien se lo está comiendo (literalmente). No hablo de alejarme y no hablar con ella nunca más, yo encuentro eso de mala educación y de gente maligna, mala de adentro de su ser. Me lo han hecho un par de veces y es horrible. Hablo de no alargar de más las jornadas que pasamos juntos, es decir, ya en nuestra casa de estudios nos vemos bastante (paso más tiempo con ella que cualquier pololo que le inventen, incluso si Lavín quisiera pololear con ella, igual yo pasaría más tiempo con ella). No alargarla con excusas baratas como “Estudiemos el ramo que nos toca en 3 años más”, “Busquemos el tesoro perdido”, “Ayúdame a encontrar cucarachas africanas en el pasto o canguros australianos en el patio”, etc, etc. Yo sé que para mí este plan es infalible, como tan bien sé que en un tiempo más ella volverá buscando compañía y nuevamente no sabré interpretarla. Tal vez deba tomar el consejo de algún amigo y simplemente no interpretarla. Y si no me gustara sería fácil, pero ella tiene algo que no sé que es. Pero como ya dije, sigo a mi lógica Kentiana y si tiene que pasar algo con ella, pasará. Así lo dicen las estrellas, yo por mientras esperaré. No a ella, sino que a se den las cosas. Aparte, tengo 7 años…

28.5.06

Como reprobar en una prueba, en dos y sobrevivir en el intento…




Manual para perdedores

No estoy acostumbrado al fracaso y no es que quiera decir que soy perfecto o algo por el estilo, pero académicamente debo decir que mi vida ha sido exitosa. No he sido el mejor siempre, pero si dentro de un grupo elitesco. Me acuerdo cuando era chico mi querido padre llegaba despotricando contra Raymundo y todo mundo porque el vago de su hijo Salado, osaba sacarse 6, 7 de promedio. Es que no iba a tener futuro. Y la verdad es que no me quejo de ese tipo de crianza, pero tal vez en una o dos oportunidades me hubiese gustado escuchar “Bien hijo, no eres tan imbécil” Así como le decían a mis hermanos (literalmente). Tampoco es que mi padre sea una mala persona, sólo que el fue más exitoso que nosotros a esa edad y ahora también.
Y así llegue a dar a un hermoso preuniversitario en 4º medio. Creyéndome un semidiós y mejor que todos (primer error, primer fracaso). Durante ese año todos sabían más que yo, poseros incluidos y los resultados a final de año lo demostraron. Debido a esto, tuve que repetir preu, es que era un año tan difícil. Y así el año pasado fue una especie de lección de vida, de modestia, de normalidad hombre. Es que no todo son las notas, otras cosas también importan. Como comer, por ejemplo.
Un año más tarde aquí me encuentro, sentado frente a un monitor, aburrido y sin tener mucho que hacer. Sin tener nada que hacer debido a flojera, porque trabajo hay mucho, pero como dijo la española de promedio rojo, cuyas palabras quedaron inmortalizadas en mi morbosa mente, “no me apeteze” (con z porque ella era esssshpañolísima). Y tal vez ahí radique todo el problema, en la flojera. Pero no soy sicólogo y realmente los estudios sicológicos me tienen un tanto hastiado en estos momentos.
Nunca tuve química, bueno para ser honestos, tuve hasta 2º medio, pero era pésima. Si mi prueba más difícil fue cuando tuve que hacer unas tarjetitas con los símbolos de los elementos de la tabla periódica y después recitarlos. ¡Y podía elegirlos más encima! Por supuesto que elegí los más difíciles, seee (sí de cuica e irónica a la vez).Así que cuando yo entro en una clase de química, me siento como un niño que va por primera vez al zoológico, todas las clases son el primer día de clases de básica, salvo que mi mamita no me va a dejar a clases esta vez. Ahora estoy solo y así es como me enfrento a esta maldita materia, mi Némesis, mi kriptonita. Y no entiendo nada, de hecho, si fuese por ser un imbécil que no procesa nada, me sentiría feliz. Pero aparentemente no soy tan idiota, pero química me complica. Es como la mina ultra rica que a la vez es tu amiga y cada vez que le hablas balbuceas y haces ñoñadas (en realidad no tiene nada que ver, pero en fin). Con esa actitud llegue a mi primer semestre, tal vez con la idea de echarme ese ramo, para luego repetirlo sin ningún problema en el verano. Que pensamiento tan iluso, tan de niño, tan de flojo. Así que mi personalidad a lo William Wallace me obliga a estudiar, a dar mi 101 %, a alcanzar el séptimo sentido. Así voy a clases, así estudio horas extras, así repruebo mi primera prueba. Y la repruebo épicamente, de hecho tuve que inventar nuevos axiomas matemáticos para hacer los ejercicios. Esperando un 0, el 3,3 que me saqué parecía un regalo de navidad adelantado. “Es súper subible”, me decía la gente, ilusamente claro. Así empezó una nueva materia, “química orgánica”, lo único que había visto en el colegio. ¡Esta es mi oportunidad!, eso decía infantilmente hace un mes. Así iba a clases, así estudiaba horas extra, así me eche la prueba nuevamente. Lo peor de todo es que debería haberme ido bien, me sabía toda la materia de la prueba y en realidad me conforta haber aprendido algo de química por primera vez en la vida. Pero a la hora de evaluar la prueba, mi querida profe de química no evalúa la cantidad de esfuerzo que uno le pone al estudio. Así es como me podría echar el ramo y lamentablemente el ramo es requisito para todo, hasta para fútbol, basketball, tenis y gugitsu. Es que en esos deportes deben usar tanta química, me imagino. Yo creo que de echarme el ramo, hasta mis hijos estarían vetados de la carrera de por vida, así de brígido es el ramo. Toda una familia es perjudicada, por el error del tatarabuelo Salado.
Pero queda un mes, una prueba, una oportunidad. Sólo tengo que sacarme un 5 en la próxima prueba (en el colegio hubiese reído por horas si alguien me hubiese dicho que en mi futuro me deparaba esto). No es tan imposible en realidad, pero a Clark Kent nadie le exige nada cuando lo atacan con kriptonita, de hecho lo ayudan. Y a mi también me han ofrecido ayuda, tal vez sea hora de olvidar el estúpido orgullo de una vez y salvar mi pellejo. Y la verdad es que yo creo que saldré a flote en este ramo, el tema es que va a ser al filo del peligro, como a mi me gusta. Sin posibilidad de fallar y con la cara llena de risa.