Siempre pensé que me había liberado un poco de este "yugo". Años de hospitalizaciones y de no tener una mamá presente, tan ausente, que ni siquiera recuerdo no haberla tenido. Años de descompensaciones de tu hermano mayor y tener que poner el "pecho a las balas", siendo el menor. Pésima educación y aún mas mala salud mental de mi familia nuclear, llevaron a todo esto, a una falta de cuidado, prácticamente a como una "diabetes descompasada", pero del "celeuro". Pero ya de viejo, habiendo esquivado un poco los envistes de la vida, pensé que me había "liberado". Siempre pensé que había salido más como mi papá, fuerte como un roble, y que todo esto de la salud mental eran mariconadas, para "blandos", al menos así fui criado. En mi casa no se invertía dinero en salud, menos en salud mental. Y bueno, así estamos. Pero a veces los eventos vitales son muy potentes, derriban todas las bases que creer tener. Y si combinas tu melancolía de siempre, es una caldo de cultivo, una explosión.
Nunca fui muy normal en todo caso. Y eso me gustaba. Pero no me hacía daño ni a los que me rodeaban. Ahora es distinto, sobre todo con hijos. Y ahí es cuando dan ganas de alejarte. Que los "tuyos", no vivan lo mismo que tu, de chico. Es fácil ser egoísta y quedarse, difícil elegir irse.
¿Como ser un padre presente, ya con todo lo que arrastras? Tanto orgánico, como mental. Quizás sería justo es que los demás tomaron esa decisión, en "salud y enfermedad", ese fue el trato de ya hace 9 años.
Pero quiero hospitalizaciones y ausencias paternales para mis hijos? Y que su infancia y su padre sea un recuerdo vacío? Quizás la solución, simplemente es invertir en salud, ser más responsable y amar a tus hijos; y que fluya.