8.11.07

Ser, no ser, un montón de patrañas

¿Ser o no ser?, he ahí el dilema. De elegir por una, elegiría ser, pero tendría que empezar por definir que sería ser. Si utilizara mis conocimientos de filosofía griega, que básicamente se reduce a una persona, llamada Parménides, diría que ser, el ser, es todo. Bueno es bastante general y por mucho tiempo, pensé que tan sólo se refería al yogur ser, de Argentina (no es que haya viajado al país, vecino, simplemente es que veo televisión). Pero últimamente he entendido un poco más del asunto y admitir que en realidad yo soy parte, de lo bueno y lo malo, me parece bastante ambiguo y por ende, reniego esta situación. Entonces yo creo que mi no muy amigo Shakespeare, dominando todo este asunto de filosofía greco romana, se debe haber referido a ser o no ser como él era o no era, sin saber yo, como demonios era este caballero. ¿Ser o no ser como soy? Interesante, siempre he defendido el hecho de que debo ser como yo soy y listo, no hay más vuelta que darle. Y mi forma natural de ser es básicamente un ermitaño, un tipo solitario, que en realidad recibe mensajes del mundo y por interés propio, decide ignorarlos. Pero no lo demuestro, es extrañísimo. Es mi forma natural de ser, pero me siento culpable de ser así, y por lo mismo, realizo actos que a cualquier dejarían feliz, pero que a mi me atormentan. ¿Le ayudo a cruzar la calle señora? ¿Por qué siquiera le hablo a esta octogenaria? Extrañísimo. Además, ni siquiera recibo respuestas de la señora y más que agradecerme, parece sacarme a todos mis familiares en cara, incluidas mi tatarabuela gallega. ¿A que piso va señora? ¿Por qué no me contestará? ¿Señora? ¿A que piso va? Se bajó la señora. De nada señora y hasta luego, que tenga un buen día. Nada, gente estresada y ordinaria, sin modales, criados a base de mugre y de bares de mala clase. ¿Entonces por que siquiera le hablo de buenas a primeras? ¿Por qué, mi extraño Salado? No me entiendo, para nada de hecho. Sería tan simple ser de mi forma natural, mi forma más simple, mi modo a prueba de fallos y en ahorro de energía. Si no lo hago por el hecho de evitar ser como Lex Luthor, en realidad sería un idiota, porque claramente no tengo los medios materiales ara realizar planes tan malévolos, como el llevaba a cabo. ¿Miedo a que entonces? ¿Al rechazo? ¡Já! Como si el resto me importara. La verdad es que no y a la vez sí. ¿Extraño? Bueno, no lo niego. Tal vez lo más fácil sería decir que no me importa la visión que tengan de mí, pero si me importa su destino, el hecho que poder ayudarlos, si es que está en mis manos. Y más que enorgullecerme esto, me enferma de mí mismo. Mi mismo eres un idiota. ¿Cuál es la respuesta a mi gran duda? Yo no la tengo y si alguien la tuviese sería de gran ayuda. Tal vez la respuesta correcta sería ser y aguantarse lo que eso traiga en tu contra. Y es bastante fácil escribirlo, más fácil que hacerlo, al menos. Me da miedo pensar como llegaría ser sin trabas, sin correas ni ataduras. Tal vez podría comenzar afeitándome el pelo al cero, sería un buen look de villano. La duda está si en mi destino está escrito ser un superhéroe. En fin, al menos sería uno bastante rasurado.