24.5.08

Defectos

Tengo un montón de defectos, eso salta a la vista. Muchas veces soy muy frío y demasiado burlón hacia los demás, por lo que tiendo a reírme de ellos y no con ellos y eso no está bien. Antes no era así, sólo era frío y correcto. Pero tenía que enamórame, es decir, tenía que desilusionarme, enamorarme no tuvo nada que ver con el que soy ahora. Pero nunca creí que el hecho de enamorarme y pensar a futuro, fuese una señal de inmadurez. Y cuando escuchas “está bien que hayan terminado, a él le servirá para madurar”, uno se pone a pensar ¿En que fui inmaduro? Haber, puedo pensar en que decirle te amo a alguien podría llegar a ser inmaduro. Pero yo espere a sentir algo distinto a lo que había sentido hacia las demás. Me puedo haber equivocado, pero si eso no fue amor, no sé que pudo haber sido. Puedo pensar que lo inmaduro fue hacer planeas a futuro. Y claro, lo hubiese sido si me hubiese querido ir a Disney a vivir y ser vecino a el pato Donald. Y sobre todo si hubiese sido sólo una idea mía. Pero era mutuo, era prolongar un sentimiento muy intenso a futuro, porque cuando lo pasas bien, estás bien en el presente, quieras estarlo en el futuro. Se llama planificar y comprometerse y eso para mí es bastante inmaduro. Ahora, puedo pensar que ponerse a llorar como una niñita (pero de una forma bastante varonil) puede haber sido inmaduro. Me refiero a ponerse a llorar tras una pelea. En eso, puedo concordar un poco, pero no es que me pasara una cebolla delante de mis ojos, culpen a mi sistema límbico y eso no se entrena. A menos que tenga una enfermedad siquiátrica y deje de sentir lo que naturalmente siento. Perdón por no tener una enfermedad siquiátrica. Lo único que me queda es el no haber notado los signos que llevaron a que ahora este escribiendo esto, en vez de no estar escribiendo porque me siento demasiado contento en mi relación. No haber notado que en realidad, aunque yo creía que todas las cosas anteriores eran mutuas, no lo eran y en realidad sólo eran una cordialidad por parte de ella. No siempre, pero en los últimos meses sí.
Es curioso que es más fácil llamar inmaduro al que ama a un ser querido, que al que realmente pasa a llevar al ser querido en cuestión. Y es aún más curioso cuando el que te llama inmaduro, es el mismo que pasa a llevar a su ser querido. Podría decir “cara dura”, “hipócrita”, pero no, ya no me interesa ni me corresponde.

22.5.08

Doc 1

Uno cuando ya tiene cierta edad saca la conclusión sobre lo que hace bien y lo que hace mal. Yo no me dedicaría, pero ni cantando, a la ingeniería ni a la ayuda social ni a la jardinería o cualquier cosa que tenga que ver con habilidades manuales. Si lo hiciera en 20 años más en Santiago se verían los edificios más horripilantes del país. Uno se decide por lo que hace bien, yo siempre supe eso. A mí me gusta estudiar, me gusta hacer deporte y me siento mal cuando trato mal a la gente. No es que me guste tratarlos bien, pero me hace mal. Entonces como que mágicamente, luego de hacer un quiz sobre que carrera encajaba mas con mi personalidad y mis habilidades, comencé a estudiar en lo que sigo actualmente. Pero también hay otras cosas que yo pensaba que podría hacer bien, viendo los defectos de otras personas en el tema. Siempre pensé que sería un gran pololo, precisamente porque, aparte de las cosas anteriores, soy preocupado de los demás y muy romántico (sé que todas las características vienen de muy cerca, pero lamentablemente tendrán que creerme. Podría ser una basura, pero nunca lo sabrán). Aparte que siempre quise tener ese título “pololo” de alguien. Y siempre, desde chicos, te dicen que si le pones deseo a las cosas, te saldrán bien. Y esto lo deseaba mucho. Y así, por vez primera, fui un “pololo” (en realidad seria un mejor nombre archiduque de Latadia con Manquehue, pero en fin. Sería difícil pedirle a alguien si quisiera que yo fuese su archiduque, entonces mejor omito). Y pensé que lo estaba haciendo bien, no recibía muchas quejas, recibía sonrisas y besos a cambio, carcajadas y mejillas más rojas de lo normal de retorno. Todo iba muy bien. Tal y como lo había pensado cuando soñaba con ser el pololo de Roy Gil more (sí, veía Gilmore Girls, pero haciendo mil abdominales con pirañas sobre mi recto abdominal). Pero así, como todo sube, todo cae y comencé a recibir quejas, quejas por mi comportamiento basal, el que tan bien había forjado durante años, con los mejores tutores de carácter. No importó, cambié, en pro de un bien común, mi relación. En este punto es que me concentro, porque en realidad a esta altura ya no sé si estaba enamorado de una mujer o si estaba enamorado de mi relación. Son cosas distintas, es como si hubiese estado encantado con estar pololeando y que saliera todo tan bien, tan “feliz”. Pero a la vez no, porque eso hubiese significado que los momentos de estar sin ella no hubiesen importado, igual hubiese conservado mi título, “archiduque de Berena”, eso es un buen título. Y lo mejor de todo, sin trabajo. Como la realeza inglesa, pero sin ser pelirrojo. Pero si me significaba un problema, un problema tal que lo solucionaría, incluso si tuviese que irme cabalgando lagartijas a Tierra del Fuego. Ahora miro atrás y la verdad es que no sé distinguir, tal vez es una mezcla de las dos cosas. Tal vez la primera es la que me duele y la segunda la que no me deja olvidar, quien sabe.
¿Pero se imaginan si Uds. estudian para una prueba mes y medio, se saben todo, les entregan la prueba, todo para Uds. es fácil, contestar de la mejor manera posible, comentas tus respuestas al salir la prueba, todo te idolatran por la perfección de la respuesta de tu prueba e igual te reprueban? ¿Cómo se sentirían? No creo que muy bien y no creo que no pensaran que es personal. Está bien, sin mala intención, pero ¿Qué más da? El Daño ya está hecho y eso es todo lo que importa. A lo menos es por eso que me deshidrato a través de mis ojos todas las mañanas.

21.5.08

Crónica de una ruptura anunciada

Debo decir que he sufrido bastantes fracasos en mi vida, de todo ámbito. Esto no me hace un fracasado, a mi parecer, sino que me hace un tipo duro de molleja (no sé cuál de las dos es peor). En mi vida, había sufrido 3 grandes fracasos amorosos, más que grandes, los únicos. Pero si me afectaron harto en su momento, lágrimas incluidas y depresión (lágrimas de guerrero troyano, eso sí. Muy masculinas). Siempre me imaginé como habría sido mi relación con ellas tres, incluso todavía lo pienso. Sobre todo como habría sido besarlas, abrazarlas y compartir con ellas de una forma superior al ser simplemente amigos. Pero el hecho de nunca besarlas, de tener una insatisfacción amorosa (más que una desilusión), no hizo que fuera tan importante para mi sistema límbico. Ellas eran importantes para mí, pero ya no lo son y yo creo que eso es lo normal. Pero ahora, bueno, ahora es distinto. Es gracioso como el hecho de que a mí me den ganas de escribir, siempre se correlacione con estar hecho añicos emocionalmente. Tal vez hay algún tipo de estimulación entre mi hemisferio derecho y mi sistema límbico, quien sabe. ¿Por qué digo que ahora es distinto? Una fácil respuesta. Agregándole hechos a las insatisfacciones pasadas, como ya dije, nunca las besé. Ahora sí. No habló de 10 o 20 besos, de hecho no importa el número. Para mí, esa boca era una continuación de la mía y básicamente era lo más gratificante en la historia de los sentimientos gratificantes. Era como tener una fuente ilimitada de milky way en tu casa, algo fuera de lo normal. Segundo, a ellas no las abracé o las abracé muy poco, casi nada. Ahora sí, de hecho su torso y mi torso se fusionaban para ser una sola persona, un solo individuo. No era un simple abrazo, era un compromiso, una señal de preocupación, un saludos cordial entre dos personas que supuestamente se amaban mucho (el problema está justo en esto, las dos personas se tienen que amar). Está fuera de lugar decir que a ellas, nunca las amé, pero para dejarlo en claro, NUNCA. Ahora sí y no era el típico te amo de mensajería instantánea, tanto de celular como de internet. Para mí era un te amo con sustancia, no eran simplemente dos palabras, sino que un archivo winrar con un sin número de sentimientos comprimidos y sueños, claro. Esperanzas de un futuro acompañado, de una familia, de niñitos corriendo con nuestros dos apellidos, de envejecer juntos. Es que demonios, en las películas siempre se quedaban hasta la parte en que terminaban juntos, uno infería que era para siempre (después de tantos problemas para estar juntos). Yo nunca me puse a pensar si Adam Sandler, en todas sus películas románticas, una vez pasados varios años, seguía con su mujer. Se asumía. Y ahí está el problema, en la inferencia de sentimientos. Eso es algo que nunca experimente en las insatisfacciones pasadas, no hubo tiempo. Es decir, me pase rollos de lo que ellas podrían haber sentido por mí, en su momento, lo admito, pero antes de la insatisfacción, no después. Ahora todo fue distinto, ella era muy distinta. Pero simplemente, nadie puede.
La gente, con el tiempo cambia. No creo que cuando dos personas dicen “Hasta que la muerte los separe”, cuando se casan, a los dos años están sorprendidísimos porque a él le salieron un par de canas y a ella un par de arrugas. “¡Nos prometimos no cambiar Marcela!”. Las cosas no son así. Para mí las promesas de no cambiar son seguir amándote, a pesar de todo, como lo hacía el día de ayer. Es simple, yo te amo. Yo sé que vas a cambiar, pero no me importa si no cambias tu esencia. Eso no cambia. Y he ahí mi gran fracaso. Ser rechazado por el amor de mi vida, por la mujer de mis sueños, con la ya ahora no madre de mis hijos (si mi hijo del futuro estaba viajando en algún tipo de auto en el pasado para corregir cosas del futuro, de seguro ya se borró y no hay vuelta atrás. Lo siento Marty). Y sin cambiar mi esencia. Claro que he cambiado en otras cosas, pero siempre pensé que fueron para mejor. Tengo millones de defectos, pero siempre han estado. Asumí (ojo que ese fue el primer error mencionado) que ya se aguantaban como míos y que no importaban. Esto fue muy “No eres tú, soy yo”, así me sentí cuando recibí la tierna noticia de que yo no era el hombre para ella. Debo decir egoístamente que hubiese preferido escuchar que ya no quería saber más de relaciones, que el hecho de compartir en una relación, era lo que la tenia hastiada. Pero no, esto fue “contigo, ya no siento amor de pareja”. ¡Conmigo!, eso hasta una guagua se da cuenta de lo que significa. Vendrán otros y eso es otra de las cosas que más me duele. Seré uno más, como una víctima más de un asesino en serie profesional. Ni siquiera soy especial muerto. Hasta ahora puede que no sea uno más, pero después, cuando la vea con otro, riéndose, abrazándose, besándose, ahí seré uno más. Primero no me va a cuadrar “¿Ese no debería ser yo? “¿No que nos íbamos a casar?”. Claro, nos íbamos. Me encantaría poder decir que me sentiría feliz por ella, porque está feliz y en alguna parte de, ahora mi muy negra alma, me voy a sentir así. Pero debo admitir que a buenas y primeras, mi pensamiento bruto será el de “¡Muere!”. En todo caso al que debería odiar es a mi hipocampo, ya que en vez de hacerme recordar en este momento todas las cosas malas de ella, me está mostrando todo lo bueno, todo lo inmensamente bueno que tenía ella. “Tienes que superarla”, y bueno, eso es más que obvio, casi un comentario imbécil. Pero ¿Cómo? Es como pedirle al Federer que se supere a si mismo o a Dios, “Hey, Dios, hace una Tierra aún más bonita”. Para mí ella era perfecta, dentro de su imperfección propia de ser humana (lamentablemente tengo una manía por las humanas) y siempre cuando miré atrás recordaré que su único error fue no amarme (se infiere que no es algo que me haga sentir bien conmigo mismo). La primera persona que realmente me conoció y rechazado igual. Con las otras siempre tuve la excusa de “si me hubiesen conocido se darían cuenta de lo que están perdiendo”. Ahora ¿A quién engaño con esto? Y por lo demás si llegara a pasar que por algún golpe en mi cabeza lateral, olvidara este gran dolor y el pololeo pasado no existiese, se perdió, junto con mi memoria, el dolor está ubicado en otra zona. Porque si esto es un dolor emocional ¿Por qué me duele el estomago? ¿Por qué me duele el pecho? ¿Por qué quiero vomitar? ¿Por qué me quiero morir? Esto es totalmente orgánico y por lo mismo siempre que esté cerca de una mujer que llegase a gustarme, el dolor volverá. Tanto como a los alcohólicos en tratamiento vuelven las sensaciones desagradables de su ingesta.
Para finalizar, debo decir que si existiera alguna forma de hacer algo, lo haría. Pero las relaciones son de a dos y bueno, por algo nunca me han gustado los equipos, este era el único del que era fanático, ella y yo. Ahora sólo estoy yo. Ahora estoy solo. Ahora estoy…