Hace 9 años mi novia, actual mujer, me decía que quería ser Dermatóloga. Y serlo en Chile, por nuestros promedios en la universidad y por ser Chile basicamente, era imposible. Ella investigó la posibilidad de irnos a España a especializarnos. Yo a esa fecha, sólo habia viajado a Coihaique y Mendoza, Argentina. Pensar en irme a España, cuando aún no me iba ni de la casa de mis papas no pasaba por mi cabeza. Así que primero nos fuimos al sur de Chile, a Cauquenes. Fue un paso intermedio, donde podíamos juntar dinero y hacerme la idea de irme a España, idea de la cual no esta seguro aún, pero mi papá se enfermó...y me dio tiempo aún para pensarlo.
A ver...nunca nos gustó mucho Santiago, así que apenás pudimos nos fuimos. Y tampoco nos gusta mucho Chile. A ver, no Chile, Chile está muy bien, somos los chilenos...así como el meme de los simpsons "malditos chilenos, arruinaron Chile".
Así que la decisión de irse no era tan difícil. Pero a mi no me gustan los cambios. Es todo más facil en la continuidad de lo aburrido, en la eternidad de lo perpetuo, es más simple, sin dudas y sin fallos. En lo nuevo están todos los fallos, los errores, los miedos.
Mi papá se operó, estaba bien. No estaba sano y su enfermedad era una enfermedad crónica de la cual finalmente se va a morir (por suerte aún no pasa, 7 años después), por lo que no había gran excusa. Así que dimos el examen que nos llevaría a España. Y quedamos!!
Me acuerdo de ese día en Madrid, casi no puedo tomar la plaza porque se me había perdido el pasaporte. Y María Paz esta fracturada del codo y no pudimos estar juntos y estabamos sin celular para comunicarnos. Y teniamos que elegir a viva voz la ciudad de España donde pasabamos los próximos 4 o 5 años. En un anfiteatro lleno de gente. Aún así nos las arreglamos y por suerte pudimos quedar en la misma ciudad, y que ciudad, BArcelona! Y en muy buenos Hospitales.
Meses después y con mil dificultades administrativas, lo que caracterizó toda nuestra estadía en España, pudimos viajar. Y llegamos a vivir donde la tía abuela de mi mujer, la que habiamos conocido una vez, cuando dimos el examen semanas antes...llegamos con nuestras 4 maletas y nuestros 2 gatos. Aún así, quizás sabiendo lo que significaba ser una extranjera en Barcelona, una Frings en España, nos recibió con los brazos abiertos. Y actualmente con 95 años aún lo hace, siempre con una sonrisa.
Tuvimos suerte y encontramos piso (depto), relativamente rápido, sólo pagando una suma que le pude devolver a mi mama a los dos años de prestamos...y una muy buena ubicación.
(Yo aquí con un poco de retención de líquidos, Paz Siempre hermosa)Cada uno comenzó en sus respectivos hospitales y yo toda mi vida laboral casi la había hecho junto a la Paz. También por eso, quisimos elegir hospitales diferentes, así cada uno crecer. Pero yo no sé socializar, o eso pensaba. No había hecho amigos (salvo uno muy bueno), en práctica toda mi vida adulta desde el colegio. Los amigos que tenemos son los en común con la paz. ¿Como lo iba a hacer? Por suerte elegí Rayos y podía ser un antisocial, imaginé que podría pasar 4 años sin hablar con alguien...claramente no fue el caso.
En mi hospital, penurias y peleas aparte, conocí a mi familia, la familia que suplió a la que tuvé lejos por 4 años. Pero en España conocimos a mas gente, como siempre gracias a María Paz...y nos reencontramos con amigos de Chile que estaban en nuestra misma aventura...y nos hicimos amigos de Chile que estaban en nuestra misma aventura...y amigos de otros países!
Pero principalmente conocimos Barcelona. Y a su gente. Antipática y todo, tiene lo suyo. Nos costó encontrarle lo suyo, al menos a mi. Y ahora no puedo olvidarla. Lo que pasó de ser una obligación de novio/marido, de apañar a María Paz en su plan, se transformó en la mejor decisión de mi vida. Y no puedo cortar el hilo. Y no puedo, porque no quiero y no tengo que hacerlo. Mis amigos, mi familia, me están esperando. Dejé una vida en pausa. E hice play a una nueva cuando llegué a Chile. Y como siempre digo, mi hogar está donde está mi mujer y mi hijo y eso lo siento. Pero mi casa está en Barcelona.
Y quiero volver.
Sé que volveremos. Probablemente esta sea una primera de muchas historias de mi camino a volver a mi casa. Junto a mi hogar, espero así sea.