29.3.08

No soy Willian Wallace

No siempre me llega la inspiración para escribir. La mayoría del tiempo me siento inspirado, pero en realidad debe ser algún tipo de confusión con estar pensativo. No creo que sea lo mismo. Cuando estoy pensativo se me vienen a la cabeza muchas cosas, no puedo dormir, me siento mal, me siento ansioso o me siento muy bien por haber llegado a una conclusión satisfactoria para un problema. Cuando estoy inspirado puedo llevar todas las cosas que mencione, al papel. Hoy día me siento inspirado.
Debo decir que estudié lo que actualmente me encuentro estudiando porque creía que de alguna manera podría combatir contra la injusticia. Que, de una forma bastante más básica, podría imitar las acciones de todos los superhéroes que he admirado durante toda mi vida. Y así al final, quedarme con la chica. En esencia, es lo que todo niño quiere para si cuando crezca. Tal vez soy inmaduro, pero sigo queriendo lo mismo. Y hasta hace poco no me había dado cuenta que era una señal de inmadurez. De querer mejorar el mundo, aunque sea de una manera insignificante. El no dejarme guiar por el que no va a servir, que una persona no hace la diferencia y todas esas cosas. Sigo pensado de esa manera, pero a veces, de hecho muchos a veces, lo que me hace pensar que debería dejar de describirlos como a veces, pienso que estoy equivocado. Que el mundo merece ser dejado de una mejor manera, pero si lo van a seguir habitando humanos ¿Para qué? Y es verdad, de cierta manera. Pero aunque verdad, no suficiente. No es suficiente porque aunque todo lo que haga, todos los cambios, toda la ayuda que pueda dar, va a hacer cero cambio, nadie me va a conocer ni querer hacerlo tampoco ni seguir un ejemplo, bueno, yo lo voy a saber y eso, para mí, al menos para mi conciencia es suficiente.
¿Por qué estoy inspirado? Esta vez es por el medio que estoy utilizando para llevar a cambo mis planes, al menos el medio que debo utilizar. Mi curso, mi curso de universidad. Yo tuve una tan poco placentera estadía por el colegio, digna de protagonista de película nerd, que siempre pensé que la estadía por la universidad sería distinta. Cuando ya se está inmerso en el infierno, uno nunca piensa que pueda seguir cayendo bajo. Es como hacerse alcohólico cuando ya se es adicto a la cocaína. Sería demasiada mala suerte, pensaba yo. Entonces, ilusionado por estar un paso más cerca de hacer lo que yo más quería, di mi primer paso en esa sala y en un nuevo curso. Comenzando, la mayoría era de una condición social que yo conocía poco. Es decir, mi familia es de esa condición social, pero yo no soy muy familiar. Así que por desconocimiento, ya tenía un poco de recelo, al respecto, pero poco. Segundo había mujeres y para alguien proveniente de un colegio de puros hombres, sin amigas, al menos no de las que tienen los tipos nerd de las películas gringas y con una hermana 8 años mayor, debo decir que sumado a mi recelo, también estaba la vergüenza de hacer el ridículo y de que me molestaran como en el colegio, pero ahora posibles pretendientes. Tercero, estaba el miedo de no poder hacer amigos dada mi gran timidez, que aunque pocos crean, existe en abundancia en mi persona (Ser gracioso, es un efecto colateral de haber sido gordo por mucho tiempo). Así comencé mi vida universitaria, el primer día, solo. Pero alejado de mi pensamiento de que mi soledad causaría risa o pena, causó interés y misterio. Por primera vez, era algo así como un James Bond, pero sin el traje ni la pinta, claro o la Santa Maria (Tal vez exageré con lo de ser gracioso). El punto es que pude hacer amigos. No sé si los voy a seguir teniendo por siempre, como mis amigos de colegio, pero al menos están ahí, como confidentes o en el peor de los casos, como receptáculo de mis ideas locas. Pero están ahí y por lo mismo yo debo estar ahí para ellos. Al menos eso pienso yo, puede que sea otra de mis locas ideas.
Reiterando, soy Nerd. Creo que eso ha quedado claro en todas las historias que he escrito hasta ahora. No lo negaré nunca, por el contrario, es mi motivo de orgullo. Pero si esta es una historia única que leen por ahí, bueno, si, soy nerd. Por lo mismo ya se habrán dado cuenta que si yo soy como soy, mis amigos no son precisamente adictos al gimnasio o futboleros cerveceros, estilo Hooligan inglés. Por lo mismo, estamos expuestos a lo que yo llamaría “El webeo fácil”. Con esto me refiero a que de un grupo de gente, pongamos 10 personas, si hay un nerd, al que es más fácil webiar, es precisamente al nerd. Luego sigue el afro americano, el tipo que hace ballet, el gay, el hombre que le gusta las boy bands, el otro nerd, pero que se camufla más fácil que el primero y así. No requiere de esfuerzo intelectual, de hecho yo creo que las neuronas deben entrar en una especie de sueño metabólico cuando alguien webea a un nerd. Mi punto con esto es que entre nerds, nos defendemos. Es decir, es casi un imperativo. Al hacerse amigo de un nerd, uno sabe que en algún minuto va a tener que defenderlo, pero se asume, así como cuando uno se mete al servicio militar para defender al país, aunque sea de la boca para afuera. En el minuto de la guerra, uno tiene que ir no más. Y me ha tocado defender harto a mis amigos universitarios, debo decir que mucho más que en el colegio. Tal vez por que en el colegio el defendido era yo. Y no sé si lo hago por creerme una especie de superhéroe gig, algo así como súper chancho de cachureos o por un espíritu de que nadie molesta a mis amigos, aparte de yo, algo así como orinarlos diciendo “Oie, estos cabros me pertenecen”. Pero no sé si es mutuo, no sé si ellos me defienden de la misma manera. Tal vez argumentando en que no vale la pena discutir con idiotas y bueno, eso es cierto. Pero hay que saber elegir las batallas. Y siento que en las últimas he peleado solo. Me he sentido como William Wallace cuando es traicionado por el hijo del Rey de Escocia en Corazón Valiente. Más que poco apoyo, es como una traición. El último episodio, en unas cuantas palabras “Se repite una conversación en un grupo de no más de 30 personas. Ya he vivido esto, cuando tuve que presentarme en Scout ante mas o menos la misma cantidad de personas, me sentí igual. Ahogado, podría decir con disnea, manos sudorosas, en realidad mi cuerpo entero era transpiración. Esa vez use un chiste para entrar en confianza. Es un método arriesgado, ya que si no resulta, uno queda demasiado expuesto a se rechazado. Pero esa vez resulto y al menos en Scout, tuve muy buen pasar. Así que aquí hice lo mismo. Explique que yo era muy tímido. Que era muy posible que pudiera pasar periodos muy extensos de tiempo sin hablar con nadie, no por ser pesado (que lo soy), sino que por timidez. Entonces una voz en mi cabeza me dice “Es tu momento. Di el chiste y los matás” (Sí, la voz era Argentina). Entonces dije “excepto con él (indicando a uno de mis amigos más nerd) que es gay”. Inmediatamente después de eso me reí y todos se rieron, por lo que creí que pasaría lo mismo que en Scout. De hecho en Scout dije lo mismo, de mi mejor amigo hasta ahora y al menos nadie pensó que realmente era gay, aunque si lo fuese no encuentro que sería algo malo. Yo creo que el hecho de que mi tono fuera sarcástico y que me riera después de emitir la frase, dio el vamos para que se tomara como broma. Para que así, personas con un CI promedio, entendieran. Y en el episodio reciente, fue lo mismo. Una replica hecha al carbón, del episodio de Scout. Luego de decir que mi amigo nerd era gay, en un tono sarcástico y claramente aludiendo a su muy débil y perdedora figura y no a una condición sexual real, la que estuviera destapando de improvisto, proseguí a seguir opinando de la actividad que me tenía hablando con completos extraños. Luego, fui enjuiciado por lo monitores de la actividad, refiriéndose a mi como un insensible (que lo soy) y que si hubiese un verdadero gay en la sala se hubiese sentido muy mal. La verdad es que como el ánimo todavía era de chiste en la sala, no tome muy serio el comentario, pero analizando a posteriori pienso que un gay no tendría porque haberse ofendido, ya que la calificación de gay para mi amigo, claramente estada dada por su perdedora forma de ser y vestir, insisto. Cosa que se nota, lamentablemente, a leguas. Es como que si en un grupo de puras personas homosexuales, un gay a otro le dijera heterosexual y el monitor gay de la actividad le dijera al emisor del mensaje que si hubiese un verdadero heterosexual en la sala, se hubiese sentido ofendido. Es una estupidez, en realidad” Tan estúpido fue, que terminada la actividad, ninguno de los participantes activos de este episodio, se acordó 10 minutos después. Bueno, el tema es que al siguiente día, terminando el periodo de clases de la tarde se me acerca una compañera y me increpa, argumentando en lo desubicado que soy. Cuando a uno lo atacan, como que la defensa natural es, bueno, defenderse, así que tome una posición un tanto bélica hacia la situación. Me dice que como le digo gay a mi amigo, que eso no se hace, que es algo muy fuerte. Y yo todo el rato pensando que pobres homosexuales, que nunca me intención fue darle una connotación de insulto a la palabra ni mucho menos. Pero a su vez no me calzaba que esta compañera supiese del evento, que yo ya había olvidado. Claramente, algunos compañeros, que habían presenciado, es decir, asistido a la actividad, habían estado comadreando y como el mejor periodista farandulero, habían transmitido el rumor de que mi amigo, en cuestión, era gay. Más que ponerme aún más belicoso con esta compañera, le pregunte como se había enterado, como para empezar a construirme una defensa, ya que me estaban enjuiciando como pésimo amigo. Un tipejo, se le había acercado y le había preguntado si mi muy loser amigo era realmente gay, como decía el desubicado de Salado. Claramente esta compañera le dijo que no altiro. Entonces se me vienen a la cabeza dos situaciones. La primera es que este sujeto sea sumamente estúpido, un niño abandonado por el sistema educacional y no haya sido capaz de diferenciar un sarcasmo de una verdad. Pero como no creo, a que en esa misma actividad el se había referido a un compañero como jorobado y casi leproso, también en sentido sarcástico y también sacando carcajadas del resto de la gente, es poco probable que sea totalmente sopenco. La segunda posibilidad es que sea carbonero y que todo lo que quisiese fuera alimentar un rumor para poder molestar a un nerd, por un tiempo. Como ya dije, molestar a un nerd es muy fácil, pero ¿Gay más encima?, es casi injusto. Faltaría que fuese de color, para escribir una serie televisiva. Bueno, el tema no sólo quedo en la duda estúpida de un idiota, sino que pasó a formar parte de un rumor grande de un grupito del curso. Y más que molestarme de hacer crecer un rumor falso, me molesté del rechazo que estaba generando mi amigo producto de esto. Sólo por la posibilidad de que tuviese una condición sexual diferente. Y más que la condición sexual, sino que simplemente fuese diferente. Y supuestamente estamos en una sociedad democrática tolerante, que hubiese pasado en Salem, en el EE.UU. de la guerra fría, en la Alemania Oriental, en la China de Mao, etc. Pasamos todos esos periodos de rechazos y seguimos igual. En teoría la historia sirve para algo, para enmendar errores, pero claramente no.
Para finalizar, yo soy el mal amigo para todos, el desubicado. Y es bastante irónico escuchar de esto de las mismas personas que tu creíste amigos o amigas, pero que inmediatamente después de que dejaste de llevarlos en auto, te dejaron de hablar, de que si no respondiste a coqueteos, te denominaron de idiota y freak, de gente que basa su vida en desubicarse, molestando a los demás y pasando a llevar a gente que tiene ni siquiera intención de hablarles, menos de hacerles daño. ¿Sigo queriendo mejorar el mundo? Si, sólo que hoy por hoy, estoy inspirado.

23.3.08

Una verdad incómoda

Es muy extraño pensar que te llegó la hora de morir, de largarte de una vez por todas y de la mejor forma posible. Saber que uno siempre fue más viejo que sus coetáneos y que incluso mucho más viejo que los viejos mismos, nunca pensé que me haría pensar o querer mejor dicho, que uno tiene que durar menos que los demás. Pensar esto no es algo muy bueno, es decir, me imagino que no es muy bueno, debido a mi crianza católica y occidental. Sobre todo por esta ultima. En occidente no creemos en la continuidad del alma, somos más físicos que metafísicos, creo yo. Es muy conocido el cliché de suicida, del depresivo. Típicamente es un tipejo (o tipeja) que atenta contra su vida, contra su mismísima concepción de si misma. Se ataca, se arremete. Por eso yo no pienso que mis ideas ni mi forma de ser sean suicidas y por esto mismo, no creo tener tendencias suicidas, nunca me haría daño alguno (Al menos no más del que te hace vivir en una de las ciudades más contaminadas del mundo y tener una dieta basada en hamburguesas. Aparte de eso, no me haría más daño). Por lo mismo es que, aunque odiando a la mayoría de la gente, jamás les haría daño y lejos de eso, para mi vergüenza, espero su bienestar. Como diría un amigo “Odio a las moscas, pero si matara a una es muy posible que le haría un funeral. Con entierro incluido” Pero hay cosas que llegan a un limite y tiende al fin, no a un infinito matemático. Me encantaría tener una familia e hijos, una casa en el lago, un perro llamado Cosmos, el sueño americano (en este caso sudamericano, pero se aplica), pero no sé si sea posible para mí, al menos no sin mucho esfuerzo. Y ya estoy agotado. Traté y ya se me agotaron los cartuchos. En el embase decía hasta agotar stock, debería haber sido precavido antes. Estoy muy solo en una masa de gente. Soy la aguja en el pajar que decía el famoso dicho. No sólo era difícil encontrarla, sino que encontrada y todo, ya estaba con depresión avanzada por soledad.
Primero lo intenté con mis padres, pero esa gran relación de mi infancia jamás va a volver. Luego siguieron los amigo, pero es bastante complicado algo continuo en el tiempo (no se donde mas se puede ser continuo), aunque los amigos si existen. Luego, mucho más adelante, siguieron las amigas. Esto fue un intento poco fortuito, hasta ahora a menos. Yo hablo humano, ellas hablan en mujer, difícil comunicación. Luego, muchísimo mas adelante, siguieron las novias. Al principio pasó lo esperado, hablaban en mujer y no resultó. Pero luego conocí a una que sabia hablar humano. No sólo sabía, sino que prefería comunicarse como yo. Ella era increíble y para mi sorpresa, comenzamos una relación. Y en eso estamos. Estamos, que bueno escuchar esto. La mayoría del tiempo estamos muy bien, pero en ocasiones, sólo en ocasiones, ella comienza a olvidar su humano y retoma lo que le sale natural por nacimiento, comienza a hablar en mujer. Y ahí todo empeora. Yo no podría precisar que es lo que realmente ella siente por mí, sólo ella lo sabe. Yo creo que es amor, pero en esas ocasiones que hablé anteriormente, me entra la duda. La duda de la subjetividad de su amor. Yo, creo pensar que mi amor es objetivo. Creo pensar que si la amo y daría todo por ella. Pero no sé si mi todo logrará hacerla feliz algún día. Entonces el sueño americano número 1 se desploma. Adiós a casa en el lago, esposa e hijos. Adiós Cosmos. Pero hola mi colección de gatos y mi departamento en el centro. Estará al lado de una estación de metro. Excelente localización.
También existen otros sueños. El realizarse profesionalmente. El llegar a tener, no los conocimientos de alguien como Dr. House, sino que llegar a tener la actitud de “no me importas, pero igual te ayudo, imbécil” y al mismo tiempo poder practicar tu sarcasmo todos los días. Eso si que es un sueño. Pero si yo soy sarcástico provoco dos cosas. La primera es que en un grupo me convierto en una especie de René de la Vega (diría Elvis, peor a quien engañaría), un idolillo. Soy el tipo mas gracioso del lugar, ya sea sucucho de mala muerte (aunque no sé si existan sucuchos de renombre), pubs, casas, plazas, kermesses, colegios, universidades, aeropuertos, café con piernas, transantiago, etc. “Eres una mierda de hombre” digo yo. “Jajajajajjojoojejejejejijijujuju” me responde. “Pero si realmente pienso que eres una basura” vuelvo a decir. “Para, por favor para, que me orinó en mis pantalones” me vuelven a responder. En el otro grupo causo una sensación más lógica, menos mal. La de ser pesado, raro, huraño, fome, freak, etc. “No se acerquen a ese gallo, es un freak”, es lo más usado. Hasta que un día, como humanos que son, piden un favor al que tienen mas cerca y cuando por probabilidades estadísticas, resulto ser yo, me conocen, se dan cuenta de lo simpático que soy y pasan a formar parte del primer grupo, antes mencionado. ¡Pero estoy muy lejos de ser House! Soy menos que un payaso de micro y sin siquiera querer ser gracioso todo el tiempo. ¡No soy un payaso, lo que pasa es que mi piel se asemeja al maquillaje usado por esos personajes y mi voz es bastante chillona! Esto y que mis labios son anchos y muy rojizos. Pero no veo el parecido a un payaso”
Pensar que tengo que seguir viviendo, no para mí, sino que para que mi mamá no sufra, mis papás no se separen, mis hermanos sigan teniendo un número par de hermanos y uno impar, mi cama siga teniendo quien la ocupe y que alguien siga escribiendo este estúpido diario de vida que muy poca gente lee. Pensar así no tiene gracia. Como diría alguien “Es como seguir una conversación por simple caballerosidad y no por interés. No es la gracia” No es la gracia, pero es una realidad. Seguir viviendo para que ella, el amor de mi vida, tenga un soporte, alguien que la considere por ella, por lo divertida que es y no por una obligación de simple parentesco o simple joteo vulgar. Para que no tenga de que arrepentirse si años después se da cuenta de que debió demostrarme mejor su amor. El amor que para mi sorpresa, si era real y que sentía con locura. Y que eso la lleve a la decepción amorosa eterna. Eso a la soledad y esto ultimo a morir rasguñada por la enfermedad del rasguño del gato. El seguir viviendo por los demás y no por mí no es la idea, no es la gracia. Pero es la realidad, una verdad incómoda. No tiene adjetivo calificativo, simplemente es. Pero no tengo tendencias suicidas y como dije anteriormente, no le haría daño a persona alguna, ni siquiera a mi. Pero si seria beneficiosa algún tipo de enfermedad. Sé que es mucho pedir. Pero todos los días muere gente que no quiere morir, que le quedan muchas cosas por las que seguir peleando. Sería un trueque justo.
Está claro que es muy difícil que pase, en realidad. Por mis seres queridos, ojalá que nunca. Pero bueno, quien sabe, tal vez algún día sea el paciente más feliz de ala de oncología de algún hospital urbano.