Sesión 1.

¿Qué es lo que te hizo consultar?

Bueno, la verdad, es que intenté suicidarme.

¿Pero qué hiciste?

Trate de tomar hasta morir. La verdad es que no pasé de la primera copa. Debo decir que fui tan poco exitoso en mi vida, incluso para acabarla. Diría que es una ironía.

¿Por qué dices eso?

Porque es la primera vez que ser poco exitoso resulta en algo bueno. Imagínese si fuera exitoso. Ahora estaría saludando a Jesús o bueno, quizás a Lucifer, en teoría a Lucifer, dado que me habría suicidado, en fin.

Si quieres me tuteas.

Cecilia, está bien, la tuteare. Perdón. Te tutearé.

Ok, continuemos. ¿Por qué dices que eres poco exitoso?

Bueno, partamos desde el comienzo. Cuando era un feto, traté de demorarme en nacer, pero no pude. A las 38 semanas, como reloj suizo, salí, pensado unos perfectos 3 y medio kilogramos. Ahora, saltemos al jardín. ¿Puede creer que estuve día y medio, dado que ya sabía leer y escribir a los cuatro años? Debo decir que más que expulsarme del prekinder, deberían haberme echo una estatua. Continuemos con el colegio y para esto realmente me salto al final. ¿Puedes creer que después de toda una vida de promedios sobre el 6,7, me terminaron premiando por deporte, aunque claro, la respuesta políticamente correcta para ellos es "No lo hago por los premios", cuando en realidad debería ser "No me esfuerzo, sólo que es rico que te premien porque sí". El hecho de que me premiaran por deporte, es como premiarme en ser poco exitoso, 80 partidos, 20 partidos ganados.

Hasta ahora no me has dicho el porqué eres poco exitoso, sólo que no has cumplido con tus altas exigencias, quizás producto de un padre exigente, semi Dios y casi perfecto.

Dejemos el tema de mi padre para otro año Cecila, ¿Te parece?

Ok, continuemos.

Sí, mira, quizás tienes razón. Quizás la palabra no es poco exitoso, si muy ingenuo. ¿Puedo querer suicidarme por ser demasiado ingenuo?

Creo que la misma frase lo dice, quizás fuiste demasiado ingenuo por querer suicidarte por lo mismo. ¿Me entiendes? Me refiero a querer quitarte la vida por algo así, te hace ser inmaduro, "ingenuo", como lo llamas tú.

Pero Cecilia ¿Acaso a la gente madura no le meten los dedos en la boca?

Sí, sólo que es su reacción a ello lo que los diferencia de los ingenuos.

Ya estamos en la hora, pero toma mi celular, nos vemos la próxima semana. Adiós (dándome un beso en la mejilla).

Adiós (sonrojándome).

Sobre el a donde vamos.

Hace poco me puse a pensar en el fin de todas las cosas, algo así como el punto final de toda una vida, de todas las vidas. ¿A que aspiramos a cada uno de nosotros? Sí, es difícil, somos todos individuos, y como tales, somos todos diferentes. Pero demonios, somos de la misma especie, en algo tenemos que coincidir ¿O no?
Me puse a pensar en el fin último y en el fin cercano, de las cosas que hacemos y que haremos y bueno, a donde estas nos llevan. ¿Cuáles son metas? Tempranas y tardías. ¿Y si nuestro subconsciente estuviera atentando contra nuestra propia felicidad? Me imagino como un auto atentado para mantenernos entretenidos, mejor dicho ocupados. ¿Estaré en Medicina para darme cuenta que realmente voy a ser filósofo? Y si realmente amo, para darme cuenta que estoy enamorado de otra persona, sólo que no la conocía y ahora que establecí una nueva relación, la he conocido por fin, sin realmente haber querido conocerla de antemano. ¿Y si hacemos las cosas simplemente para darnos cuenta que queremos hacer otra cosa? ¿Si decir que te amo significa realmente que no tengo idea si te quiero, pero que lamentablemente, amo a tu amiga? Que realmente amo el hecho de haberte conocido.
¿Y si nada es directo? ¿Si todo es una vía para otra cosa? ¿Hacia dónde vamos? La verdad, creo que nunca lo sabré y que quizás entre vía y vía, más adelante, tampoco lo sabré.

Científico con sentimientos

Lo peor para una sanidad mental es establecer prioridades en tu vida, no dejarla caer en un caos "insano", si se puede decir, claro sí, sin quitarle la espontaneidad tan bonita en casos de conocer a una chica de ojos verdes, por ejemplo. Pero ¿Qué pasa cuando esas dos prioridades se enfrentan? Por ejemplo si fueran un entusiasta defensor de la vida y por otro lado un asesino en serie de criminales? (una idea inventada ahora, claro está) ¿Tu familia o tu novia? ¿Tu familia o tu carrera? ¿Lo que más quieres versus el conocimiento?
Una de las peores cosas que encuentro de estudiar lo que estudio tiene que ser el mirar a las personas actualmente y que arriba de sus cabezas me salga una estadística de su porcentaje de esperanza de vida, claro que en gente extraña es un prejuicio. Pero en mi familia (ojo, lo que más quiero) la subjetividad va perdiendo relevancia y entramos al terreno de lo empírico, lo objetivo. El mirara mis padres y saber que les queda poco tiempo de vida, siento que no debería ser un conocimiento de alguien de corta edad. Pero sería inconsecuente de mi parte si lo aplico con gente extraña, pero no con mis padres. ¿Les queda más de un 50% de probabilidad de sobrevida a 5 años? Es bastante poco probable, pero por lo mismo, por involucrar a la ciencia debería ser más bien frío. ¿Cómo mezclar lo objetivo con lo subjetivo/ sentimiento de pena, culpa, miedo de que mis padres se mueran? La verdad creo que es la continua experiencia humana de temerle a la muerte, cuando era yo mismo quien le decía a mi mamá que no debería preocuparse, que su madre, mi abuela, estaría bien en el cielo y que poco a poco se iba a sentir mejor. ¿Yo me sentiré bien cuando ella muera? ¿Seré tan fuerte como para seguir mi propio consejo, el consejo de alguien 7 años menor, mi misma persona 7 años menor? ¿Tendré la entereza? La verdad pensar en el futuro es algo que sólo te llena de ansiedades baratas, porque claro está, en esto de las probabilidades no hay nada escrito. Existe la posibilidad que mis padres me sobrevivan a mi y que mi muerte por aplastamiento de un meteorito o caída de piano ocurra antes de 5 años, puede ser. Quizás es mi continuo espíritu de poder evitar lo inevitable, aunque claro, el sobrepeso extremo es bastante evitable.