Partiría diciendo que es un arma de doble filo y que no puedo abandonar. Si tuviese que decir una cosa buena mía sería que pienso. Lamentablemente también la nombraría dentro de las malas. Ahora ¿A dónde está la línea que las separa?
Y pensándolo bien, no lo sé. No sé si sea algo bueno o malo. Pero no concibo la vida sin pensar. No sé si a punto de decir que existo luego de pensar, pero como ya he dicho en otras ocasiones, "pienso porque existo". Super hipócrita de mi parte, si es que le digo a mi madre que la base de todos sus problemas son debido a que piensa. Asumiendo, claro está, que la gente "feliz", "liviana", no piensa. Pero esto sería egoísta. ¡Serán tan livianos que no se da cuenta de sus problemas? ¿Tan ligeros de pensamiento que sencillamente no alcanzan a ser problemas para ellos? Sinceramente, yo pienso que si "piensan", la diferencia está en el que.
El otro dilema está en la coherencia entre tu pensar y tu actuar, base para yo decir que pensar en un problema. Pero ya es otro capítulo, demasiado latoso como para referirme a él.
De manera de conclusión diría que no la hay. Que sea cual sea mi raciocinio, mi pensamiento llegará a nada. Desde una frase graciosa, genial a lo más fome que se ha escuchado o inmensamente triste. Todo depende de la línea, la famosa línea. Más bien, todo depende.
¿Vale la pena pensar en un mundo así?