Hace poco me puse a pensar en el fin de todas las cosas, algo así como el punto final de toda una vida, de todas las vidas. ¿A que aspiramos a cada uno de nosotros? Sí, es difícil, somos todos individuos, y como tales, somos todos diferentes. Pero demonios, somos de la misma especie, en algo tenemos que coincidir ¿O no?
Me puse a pensar en el fin último y en el fin cercano, de las cosas que hacemos y que haremos y bueno, a donde estas nos llevan. ¿Cuáles son metas? Tempranas y tardías. ¿Y si nuestro subconsciente estuviera atentando contra nuestra propia felicidad? Me imagino como un auto atentado para mantenernos entretenidos, mejor dicho ocupados. ¿Estaré en Medicina para darme cuenta que realmente voy a ser filósofo? Y si realmente amo, para darme cuenta que estoy enamorado de otra persona, sólo que no la conocía y ahora que establecí una nueva relación, la he conocido por fin, sin realmente haber querido conocerla de antemano. ¿Y si hacemos las cosas simplemente para darnos cuenta que queremos hacer otra cosa? ¿Si decir que te amo significa realmente que no tengo idea si te quiero, pero que lamentablemente, amo a tu amiga? Que realmente amo el hecho de haberte conocido.
¿Y si nada es directo? ¿Si todo es una vía para otra cosa? ¿Hacia dónde vamos? La verdad, creo que nunca lo sabré y que quizás entre vía y vía, más adelante, tampoco lo sabré.