Hoy día al ver por enésima vez "superbad", me di cuenta de la profundidad dentro de una comedia increíblemente buena. De partida decir que me siento demasiado identificado con el tema, de como compartir mucho con tus amigos, de no ser el tipo "más popular" de la vida, de como el tema de la virginidad y las mujeres puede llegar a ser un estrés sin serlo y de como superar el trauma de crecer, entrar y salir de la u y seguir con tu vida. Es decir, por lo menos yo, tengo buenos amigos, muy buenos, pero pocos, poquísimos de hecho. Por lo que, sobre todo en el colegio compartiamos mucho, eramos como hermanos mejor dicho, incluso puedo decir que a mi propio hermano no lo conozco tanto. Pero al mismo tiempo, al crecer, uno y yo, me he dado cuenta que no los conozco al 100% y que bueno, siempre hay tiempo y ganas de seguir conociéndose. El punto está que al decir fin, al terminar el colegio, más que decir "tengo un diploma" o "¿Que hago con esta basura de cartón?", fue más como "¿Ahora que hago sin estos idiotas?". La comodidad de lo conocido, de lo querido y de lo ya caminado se desvanecía. Entrar a un mundo lleno de mujeres, "certámenes" y matrículas excesivamente caras sin ellos fue y es difícil. Pero uno se acostumbra. Es cortar el "cordón umbilical" de la amistad y sobreponerse al empezar a tener citas, a pololear, y seguir creciendo. A trabajar, sin necesariamente estar haciendo huevadas todo el tiempo. Es el cambiar un "voy para tu casa, ahora, imbécil" a "wn, ¿Estás sin tu mina?" es el aprender a jugar xbox 360 y tener una relación amorosa, sin necesariamente perder la capacidad de tener tu club de toby.
Es duro crecer, es raro que no me haya dado cuenta antes. Quizás porque sólo crezco en apariencia física y en pérdida de pelo. Es rico tener buenos amigos nuevos, es aún más rico mantener los buenos amigos de antes. Claramente hubiese sido lo ideal estudiar juntos en la universidad, y que los tres o cuatro saliéramos con un grupo de 3 o 4 mejores amigas. Pero la vida no se trata de ideales, sino de sacar el concentrado de pulpa, que vendrían siendo las cosas buenas. Andar con colador en la billetera y disfrutar las cosas buenas de este "crecimiento".