Íbamos 21 a 0. Y todavía no terminaba el primer periodo. Aquí, en Chile se jugaba de forma distinta que en la NBA. Eran dos períodos de 20 minutos y ahora llevábamos 15 del primero. ¡Vamos Gorila! ¡Mete algún punto hombre! (Esto no pasaría si el talentoso Salguragui hubiese entrado desde el minuto9, me decía a mi mismo. Tiempo muerto !Salguragui! (Por fin entraría) ¡Los jugos, las toallas! (Al parecer no iba a entrar). Tenemos que hacernos pantallas, acompañarnos, les decía Gori. " Eee Gori, querido Gori, sin querer insultarte ni pasar a llevar tu autoridad, ¿No crees que tu consejo es estúpido? Es decir, más que eso, obvio", le dije. En ese punto estábamos perdiendo 35 a 2. "¿Crees que puedes hacerlo mejor?", entra. Y así fue como jugué mi primer partido.
"Hay que ser rudo", esa siempre fue mi concepción en el deporte. Por lo que el ataque profuso de Compañía María, pese a estar ganando 45 a 4 cuando faltaban 10 minutos por terminar el partido, fue algo así como una señal de que mi concepción inicial era correcta. Así fue como cuando su estrella tomó el balón queriendo clavarla, bueno, yo ee, le di un pequeño golpe en las costillas, que si no hubiese estaba elevándose, hubiese pasado como nada. Pero claro, como salió volando y se golpeó un poco la cabeza (perdió la conciencia unos cuantos segundos, solamente) fue tomado como una gran cosa y fui expulsado, sin haber hecho mucho, más que 15 rebotes. Obviamente Andrés se río como nunca, el partido terminó 50 a 20 (con 18 puntos del zorro de Andrés) y Gorila me dijo un anticipado "te lo dije". "Para la próxima Salguragui, yo confió en ti", me dijo Javiera desde la tribuna. "¡Jajaja, por supuesto Javiera!" (¡es tan linda!).