1- Me ha demostrado confianza.
2- No ha mostrado un comportamiento dual hacia mi. Interés o no interés, ¿En qué? Da lo mismo, amistad, romance, humor, dinero, etc. Pero una sola línea y eso se agradece, aunque sea la linea del desinterés.
3- Puedo bailar tranquilo sabiendo que lo puedo hacer mal y que no tengo que ser Michael Jackson. No bailo siempre, tengo derecho a hacerlo mal. No salgo en grupo con mis amigos a bailar entre nosotros, no practico frente al espejo ni me aprendo las coreografías de las canciones. Y aún así ella se queda ahí, frente a mi.
4- Ella entiende que esto es una extensión de “hacer deporte” y poder carretear al mismo tiempo.
5- Si llegase a besarla (hay que anticuado eres Salado, di agarrar. No wn, ¡besar!) no corro el peligro de contraer mononucleosis, sífilis o gonorrea en forma aguda. Es cierto, las últimas dos no se contagian así, pero nunca se saben los antecedentes de la gente, al menos casi nunca. Gracias a Dios por el casi.
6- Ella es directa, bailar es bailar, otra cosa, será otra cosa, para un nuevo día.
7- No ocupa el baile como una artimaña para algo más, pero claro está, esto tiene mucho que ver con que no es dualista.
8- No me agradan las cosas fáciles, ni menos la gente. La vida es un desafío.
9- Porque demuestra este “interés”, sin entrar en la falsedad de la adulería.
10- Porque más que un “es lo que hay”, es una decisión, es una suerte, es una fortuna.