31.5.09

Las muchachas de Salado.

Amiga de mi amigo.

Decir que no me llamó la atención (y me llama) sería una falacia. Ahora, si dijera que he sido la que más lo ha hecho, me haría un mentiroso de aquellos de igual manera. Pero debo de recalcar como mis antenitas de vinil se alteran cuando sé de ella, directa o indirectamente. Es la rudeza de este personaje, es ese "aquí estoy yo", la que me cautiva, la que la separa de las demás, más allá de la individual "individualidad" de cada uno. Es difícil encontrar a alguien del mundo femenino, que no quiera ser femenina y que más encima lo logré siendo ruda, física e intensa. Algo así como una "Angelina Jolie" chilena (guardando las diferencias, claro). No es que quiera que me golpeen o algo por el estilo en una relación, pero no me gustaría estar al lado de una muchacha demasiado "nice" o que mi mera presencia le cause demasiadas cosas. Que cada vez que llegara a su casa se pusiera a gritar como fan de "Boy band" y llenara de peluches mi pequeña pieza, lo único pequeño que poseo (el comentario extremadamente macho era necesario). No, prefiero a alguien como ella, alguien que pueda llegar a decir "Te quiero", pero que ni ca...ntando me diría "Te amo", no al mes de pololeo al menos, no al tercer o cuarto beso. Eso es demasiado apreciable.
Además, siempre he dicho que me gustan las mujeres que se cuidan, que adoptan una vida sana en términos de ejercicio como una forma de vida y no como una necesidad para bajar el famoso "rollo". Esas que no saben que es una dieta, que son dignas clientes de "Burger King", pero que no vez una gota de grasa en su cuerpo.
Quizás lo que más aprecio de ella, es que no es una fantasía, como las demás "Muchachas de Salado", sino que es una realidad. No es mi "amiga, lo que la pone en una cercanía, casi insana. Por todo esto y quizás más (nunca se sabe lo que trae el futuro), ¡salud!