Cuando ya no queda nada más que hacer, ver en la Televisión o no se tiene xbox 360.
18.2.09
Las muchachas de Salado.
Debo decir que siempre uno recuerda el primer enamoramiento. Pero a mi no me pasa, tengo una mezcla, también producto a que ninguna mujer de carne y hueso que he conocido en mi vida me ha provocado algo parecido al amor como tal. Pero creo que debo haber tenido 8 u 9 años y con mi papá tuve una conversación. No de abejas y flores, sino que la versión cruda, sin censura y sin minutos cortados. Todavía estaba sumergido en el mundo de Disney y esas cosas, de "Nickelodeon" y el "Fox Kids". Aunque tampoco creo que mi primer amor haya sido una "pink ranger". Mi primer amor, la primera "chica de Salado", aunque todavía no había sufrido la metamorfosis que me llevo a ser llamado como Salado, debe haber sido Nicole Kidman.
Y recuerdo la película. "Days of thunder", con Tom Cruise. Aparte interpretaba a una doctora. Y yo siempre he tenido algo con los delantales (aunque nunca he salido a pasear de la mano con uno). Ese pelo pelirrojo, vivo, ese acento australiano y bueno, su metro ochenta. Yo, a mis 8 años, no estaba acostumbrado a las mujeres espigadas. Y bueno, todavía. Debo decir que me da un poco de miedo una mujer más alta, es que bueno, a uno lo pueden golpear, sin poder defenderse (se requiere de mucha testosterona admitir que te puede golpear una fémina). Y el amor siguió. Y llego a su auge con "Moulin Rouge". Bueno, si, interpretaba a una prostituta, no precisamente mi ideal de mujer. Pero sólo Nicole Kidman la podía hacer pasar como una monja. Y yo le cantaría mil y una canciones a Nicole Kidman, pero la versión pelirroja, de clase media, no la rubia cuica en que se ha convertido. Porque si vas a hacer cuica, tienes que tener esa actitud avasalladora, de "Soy la mejor" y nada más se dice. Cuando no la tienes, simplemente pasas por mis burlas. Y Nicole, actualmente, no la tiene, lamentablemente. Pero hace años atrás, Nicole, era mi todo, desde mi Wallpaper en el computador, hasta el motivo autóctono de mi cubrecama (nunca tanto, pero lo pensé). Me faltó verla en persona, para que fuese amor, mentiría si dijera, que estaba "realmente enamorado". Pero si fue la primera mujer que me gustó. Para mi desdicha, en Chile, el recurso "pelirroja", va más allá del "peligro de extinción", sino que alcanza el "nulo". Por lo que, quizás, esa es la razón de no haber muerto nunca por una fémina, de carne y hueso (físicamente hablando). Bueno, todavía hay mucho tiempo, ya lo creo.