9.12.08

Manifiesto

Me alimento de la melancolía. Por eso enamoro a Emos y Pokemonas (en realidad no lo sé, aunque no me gustaría). Pero es cierto. Soy un ser bastante apático en el exterior, anhedónico (no sé si es una palabra real), pero por dentro, uf, soy un revoltijo de sentimientos. Y así es como tiene que ser, por fin, ya hace mucho, no trato de cambiar nada en mi, sino que me sigo la corriente. Hay días que golpeo la pared con toda mi fuerza, hay otros en que juego con mi sobrino, otros en que no estoy disponible, ni siquiera para mi y otros en que quiero salvar el mundo. Me gusta ser idealista y jamás me cansaré de serlo, por mucho que una marcha de personas pase por encima mio, me aplaste y me haga daño. La verdad que el daño no se me queda. Yo y mis 17 personalidades, podemos hacer la diferencia, aunque no sea en el mundo, persé, y sea en mí mundo. Y en un mar de gente, caminando por Providencia, puede que sea uno más. Pero la imagen es de todos en colores y yo en blanco y negro, dándome la vuelta hacia la cámara, mirándola fijo, como diciendo que sé que es una película, sonriendo y darme vuelta para sumergirme de nuevo en la masa. Y ahora perderme de verdad.