23.12.08

Adicto a las adicciones.

Estudiar tiene algo. Algo que dan los libros que es mejor que estar afuera, jugando, aunque ya soy muy viejo para jugar. Algo que da el conocimiento, que no da el dinero y que no se puede comprar. Una satisfacción que, lamentablemente, no me puede dar una relación amorosa. No sé si es todo lo que necesito en la vida, espero que no, aunque por ello no me falta nada, no al menos concientemente. Ya no me despierto llorando, hace mucho que no. Ya no golpeo las paredes en mis sueños y cuando despierto, las sábanas están tal y como las dejé al dormirme. Veo películas tristes y aprendo cosas, no me siento identificado. Y eso porque estoy refugiado entre estudiar y hacer ejercicio. No sé si eso se llame vivir la vida, para mí sí al menos. Sé que así no voy a lograr reproducirme y formar un ejército de pequeños salados para conquistar el mundo. Lo sé, pero el tema de la satisfacción es como una droga, siempre quieres más y más. Y yo soy adicto a la satisfacción y su antítesis, para que el contraste haga mejor la siguiente alegría. Bueno, ojalá entre estudios y horas de trote, se me ocurra la idea de poder reproducirme por mitosis. O poder crear una versión de Kirsten Dunst muy miope.