Es hora de hacer un reclamo formal hacia la Warner. Por siete años, siete, me hicieron creer en la existencia de una mujer preciosa, inteligente, simple, simpática, humilde y maravillosa. Por siete años me hicieron creer en su virginal persona, en su altruista forma de ser. Es su maravilloso introvertismo. Por siete largos años estuve más que enamorado de ella, ella era mi ídola, un modelo de vida, para que algún día, yo creciera, la encontrara y nos casáramos, en alguna colina llena de conejos y pajarillos. Claro está, todo se acompaño de mi idealismo, poco heterosexual. Pero jamás hubo una advertencia, como en los cds de música, con contenido de adulto. "Se advierte a los televidentes que mujeres como Rory, no existen" y al final de cada capítulo "Insistimos, ella no existe, de hecho, busque la completa antítesis". Listo, una simple advertencia, como ocurre con el cigarro, el conducir ebrio, el sacarse radiografías estando embarazada, etc. O simplemente podrían haber aclarado que eran como la madre, Lorelai. De nuevo, bastante simple. No habría pasado siete años de mi vida en una misión ilusa. Por ello, creo que debería demandar por millones de dolares a la Warner. Ahora, no lo haré, para que el mundo no me demande a mi, por idiota y no haberme dado cuenta solo. Es como demandar a una cadena por nunca salir de la casa por seguir creyendo el monstruos. Aunque debo decir, que todavía, de vez en cuando, me despierto en las noches, muerto de miedo y veo de reojo por la existencia de hombres lobos. Y lo mismo, todavía, miro de reojo, si es que la siguiente chica de ojos claro y cara tierna, resulta ser, como Rory Gilmore.