Ya que estoy dopa en remedios, escribiré algo. Generalmente a los músicos les sirve esto de las drogas, veamos que sale.
últimamente me he estado cuestionado muchas cosas, muchos pensamientos, muchas ideas locas, muchos planes. Siempre divisé mi vida como una vida rodeada de hijos, en una casa de patio grande y todos corriendo cuando llegara del trabajo a decir "papi" o algo por el estilo. Y esa mi idea me sigue encantando, me encantan los niños y creo, filtrando lo que ha hecho mi propio padre conmigo, seré un gran papa. Pero para eso se necesitan dos y yo sé que encontrar una pareja es fácil. Ahora, una que valga la pena, difícil. Pero no imposible. Pero yo no sé que tanto este dispuesto a ceder, a apostar en una relación larga, con una persona, cuyos antecedentes vinculen a varios hombres, anteriormente (es lo más probable). Es cierto, el pasado no importa, pero ciertas cosas te hablan de una personalidad latente. Un falta de respeto y de madurez, con tu cuerpo y con tu persona. Falta de elección, poca especificidad, diría un bioquímico. Y mi otra idea, la idea que tuve de siempre, jurar respeto y sacrificio en una vida sacerdotal, ha tomado muchísima fuerza, al igual que cuando tenía 14 años. La verdad, es que me importa demasiado la gente, más de lo que me debería importar, más de lo que debería por tener la personalidad que tengo. Gente que ni siquiera conozco, gente que conozco y me ha hecho daño y que sé, de hecho, que son una basura, igual me importan. Todo esto, me hace creer en algo superior, me hacen creer que la mejor manera de vivir mi vida, no es casándome, tal vez ahí me perdería, mi verdadera felicidad, para cambiarla por bienestar, tranquilidad y muchos hijos corriendo, gritándome papá. Y eso se escucha genial, me lo imagino. Pero el ayudar a miles, se imagina, aún mejor. Y ya no sería un sacrificio personal, como lo veía a los 14. Sería una plenitud individual, un orgullo eterno.
¿Que será? No lo sé. Tengo 4 años para decidirlo.