19.10.08

A veces, el mejor fundamento es golpearte, especial "Oda a la amistad".

¿Qué he dicho de los amigos? Que nadie nos obligó a elegirlos, es prácticamente la relación humana más honesta, incluso más que la familia, pero con sentimientos menos intensos o menos cercanos tal vez. Pegarle a un amigo, difícil, a menos que bese a mi mamá o mi polola. Y ni siquiera en ese caso, pensar en un amigo besando a mi mamá difícil y en ese caso el golpeador sería mi padre. En el caso de mi polola, si es que se deja besar, es que simplemente no vale la pena. La situación hace que descarte el uso de ATP, innecesario en golpearlo a él o enojarme con ella, simplemente decir adiós, y no chao, a los dos.
El pensar en golpear a un amigo es simple y tiene una sola situación justificable, cuando te das cuenta que, en realidad, no son amigos. Este tipejo, compañero de innumerables hazañas, algo así como tu Robin o tu Wilson, no era tu compadre, sino que un tipo más, que pasa por tu vida, como muchos y muchas. Y no se trata de venganza, de estar enfadado o de otra decepción más, sino de una nueva sorpresa, pero que no duele tanto. Simplemente es cosa de decir, "Chao, ah y se me olvidaba, puwaaa (sonido de golpe en nariz de tipejo)". Y mirar la sangre correr, y darte vuelta, sin mirar atrás, olvidar y seguir adelante. En la micro de vuelta, te harás un nuevo amigo, alguien se sentara a tu lado en el metro o te pedirá una cerveza gratis en el carrete de la noche.
Ay la amistad, que linda (cara de gato de shreck).