19.10.08

Sobre lo parecido que son las mujeres a un auto.


El otro día me puse a pensar entre el parecido entre comprar autos y ponerse a pololear, todo producto de una pregunta de mi mejor amigo. El, quizás, se ponía a pololear y no sabía y me pidió mi opinión. Le dije, campeón, compadre, papurri, pololear es como buscar un auto. Los hay nuevos y los hay usados, cada uno tiene ventajas y desventajas. Las mujeres "autos nuevos", generalmente tienen pocos problemas hacia atrás, a menos que traigan problemas de fábrica, son suaves, no se quedan en pana, son la envidia de tus amigos, son rápidos, y además, tienes el honor de ser su primer dueño, por lo que te aseguras que no tenga algún tipo de defecto anterior. El problema es que son caras, difíciles de encontrar y generalmente siempre hay alguien que te lo gana, porque tiene más dinero que tú que ofrecer. Pero en fin, sabes que están ahí, es cosa de saber ofrecer y saber venderte como dueño.
Ahora, las hay "autos usados". Estas ya han tenido dueño, unas más que otras, algunas han estado mucho en desuso, traen problemas del pasado, son paneras, gastan harta bencina, no son económicas y generalmente esperan menos de ti que las anteriores. Lo bueno es que son más baratas y si son consientes de que son usadas, son más cariñosas con uno.
Pero al final, las dos son un cacho para tus pretensiones individualistas y no una ayuda como uno piensa cuando realmente está buscando un auto, con algún propósito, aunque sea tan estúpido como mostrárselo a los amigos o decir que se tiene auto. Depende de en que etapa estés en tu vida y cuanto estés dispuesto a dar, a perder, como comprarte un auto que tu pensabas económico y te gasta mucha bencina.
Uno puede obtener muchas cosas buenas de ponerse a pololear, le dije, pero generalmente, te vas a ir a pérdida. No por pesimismo, sino por realismo de lo que va a resultar a futuro. Por lo mismo, mejor disfrutar de tu presente con ella, le dije, no pololees, pero si quieres que ella esté en tu presente, haslo. Es simple, pero pololear no es la solución. Si quieres llegar más temprano a tu oficina, lo mejor no es un auto, es una moto. Si quieres ahorrar en bencina, la solución no es un Yaris, es una bicicleta y así, sucesivamente.
Para mi, la solución fue simple, me compré una bicicleta, si alguien me ofrece un auto le digo que no me apetece y si me invitan a dar un paseo gratis, les digo que sí, no hay problema, como entretención, pero sin compromiso de compra. Ahora, el día que llegué mi Audi A4, no dudaré en tenerlo, ojalá, con poco uso.