La gente es muy abusadora y como en pocos casos, no es en su conjunto, es decir, toda la gente, sino que cada uno en particular. No son todos, pero si muchos. Más de lo que una persona normal podría soportar. Es que siento que en las mañanas la gente se levanta y se dice al espejo “Vamos Juanito (o Juanita), seamos lo más malvado (a) que podamos este día (entiendase por malvado no sólo lo malo, sino que ser descarado, cara de trasero, etc.)” Es que eso es lo malo de ser social, no sociable, ya que no pretendo tener nunca esta tremebunda característica. Vivir en una sociedad me hace social, por nacimiento, un atributo estúpido que el día de hoy me molesta bastante y mucho (yo creo que bastante y mucho son cosas distintas, por lo mismo el ilativo de conexión). Es que siento como si todos se hubiesen subido a una micro y no me hubiese avisado y no sólo eso, que por alguna suerte me hubiese levantado temprano ese día, los hubiese visto partir, los hubiese perseguido, rogado que me esperarán e igual se hubiesen ido sin mí. Es que maldita sea, nadie me mandó el memo donde me decían que estaba bien cagarse (mil perdones por el improperio, pero no se me viene otra palabra a la cabeza) al resto. Que no fuera un iluso y pensara sólo en mí, como todos lo están haciendo con ellos mismos (no todos en realidad, la mayoría).
La verdad es que más allá de enojarme mucho con el resto, me enojó conmigo mismo por no hacerme caso. Que rabia que mi yo de hace 3 años fuese más sabio que yo en este momento. La idea es irse superando, en teoría al menos. Pero voy involucionando. Ya van más de 3 años desde ese ensayo de la solidaridad y de la maldad intrínseca de los seres humanos. ¡Por qué no me hago caso! ¿Por qué confio en los seres humanos? ¿Por qué no busco humanidad en los animales?, aunque suene estúpido. Podría encontrar más humanidad en un gato pequeño, que en la mayoría de la gente. Porque para mí, lo que nosotros llamamos humanidad, ya no es humano. Y eso es lamentable. Debería haber estudiado Filosofía y ya. Haberme dado por vencido antes, adquirir conocimientos, irme a vivir literalmente a la punta del cerro y morir. Sería mejor que esa mentira, esta adaptación a lo que yo sé, de antemano, que esta errado, al menos para mí. Pero esta maldita dualidad no me lo permite. Mucho he escrito sobre mi conciencia, malvada como ella sola. Irónico es que tenga género femenino. Es que actualmente me creo tener 2 partes de mi yo: Mi yo propiamente tal y mi conciencia. El primero es el que quiere mandar todo a la cabeza del gallo (eufemismo para no decir cresta, claro), ser ermitaño, pensar sólo en si mismo y largarme de aquí. Irse a una montaña, llevarse la mayor cantidad de libros y películas posible y vivir el resto de sus días despreocupado. La segunda es la que maldigo, la culpable de mi desdicha. La que me hace realizar actos buenos, cuando realmente mi otra parte no lo desea, la que incluso me hace sentir bien cuando realizado tales actos de grandeza, para gente que primero no se las merece y segundo, no les interesa.
No me siento confundido, pero espero algún día algún tipo de psicólogo o algo por el estilo me de la clave para fusionar estas dos personalidad, si pudiera llamarlas de alguna forma o por ultimo eliminar a una de las dos y quedé la más dominante. Es cierto que alguna vez escribí sobre tener más de 17 personalidades, pero siento que las dos anteriores son las principales. Las otras 15 o 16 son subpersonalidades o parte de las dos anteriores. Me despido exclamando al mundo (a la gente) por su desfachatez, si cinismo y su cara de traserismo, los felicito. Al parecer no tienen conciencia y por ello los envidio. Espero algún día lograr esta inconciencia, que para muchos, ya es de nacimiento.