La gente sobre estima demasiado el estar ocupado. Adelantan mucho sus planes para tener ocupada "su agenda", casi teniéndole terror a tener un minuto libre para hacer nada. "Es que hay que estar preparado para el Viernes en la noche". No, la verdad es que no hay que estarlo. Más allá de vivir la vida en al espontaneidad, sino que no tiene da malo hacer nada. Simplemente bajar a la piscina, tenderse en el pasto y quedarse ahí toda la tarde. "Compadre, te estuvimos llamando toda la tarde, ¿Qué estabas haciendo?" "Estaba tomando guata al pasto, durmiendo en la piscina" "¿Entonces no hiciste nada? Que eres fome" "¿Cómo que nada? Estuve echado en el pasto, toda la tarde". Es una realidad que la gente sobre estima demasiado el estar ocupado, casi preparando de un año a otro las vacaciones, no vaya a ser que fuéramos a tener un segundo libre. Que no daría por ese segundo libre, de hacer nada, de dormir y dormir y que el mundo no dejara de seguir, de que nada pasara y que en realidad el hacer nada pasara inadvertido.
¿Que voy a hacer cuando me "desocupe"? Voy a hacer nada y lanzaré un improperio al cielo, a las cuatro vientos. Luego tomaré un libro (que no voy a leer) y voy a bajar a esta piscina, a dormir hasta morir. "¿Qué vas a hacer en las vacaciones?" me preguntaba una muchacha hace unos días. Le dije "no lo sé", pero fue un eufemismo para decir lo que ya dije "dormir hasta morir y echarme hasta que tenga daño muscular de la flojera.