He tenido una idea que me ha viajado por el encéfalo durante unos días y me gustaría compartir con uds., lectores anónimos de este antro llamado blog.
Yo soy muy cristiano y la verdad no creo mucho en esto de la fortuna o del tipo de creencias paganas que creen muchos (sobre todo mujeres) como el tarot o la astrología. Pero paradojalmente si creo en el destino. En un destino que uno se va forjando y como una idea que dió "Tom Hanks" en esa película que pide el deseo de ser grande y trabaja en una fábrica de juguetes "Este cómic es fabuloso porque tú vas eligiendo como va siguiendo la historia, con varios finales alternativos según el camino que vayas tomando en la historia". Al igual que en muchos juegos en que hay finales alternativos, la vida tiene destinos alternativos, para cada uno, pero como destino, ya escritos. Ahora, todo esto según mi humilde opinión. Pero de lo más paradojal que me ha pasado últimamente, es que he empezado a creer mucho en el karma, estilo "My name is Earl". Ahora, no sé que hice en mi vida actual o pasada para merecer las cosas malas "¡oh la pobre triste vida del pobre chiquillo!" (siempre todos somos inocentes) o las cosas buenas que habré hecho para merecer lo que está pasando o ha pasado "¡Pero que humilde el cabro!" (si, estoy medio esquizo a este punto). Ahora sea Karma o no, las cosas malas las tengo que vivir al 100%, no puedo elegir que tanto preocuparme por una muerte, un problema económico o un rollo familiar, todo en su totalidad, obvio. Pero sospechosamente o quizás soy yo que inconscientemente atento contra mi mismo, no hago lo mismo con estas cosas buenas.
Modulo las cosas buenas según, bueno, mi moral y mi conciencia. Cosa estúpida, porque no hago lo mismo con las cosas malas ¿Que tiene de moral una infidelidad, que ni siquiera es mía? Pero aún así, la sufro, como mía y lo paso mal. Entonces ¿Por qué modular el buen karma? ¿Por qué no vivirlo al 100% también? Sin consecuencias, sin un filtro previo por la conciencia, por el super yo. Filo con la moral cristiana, porque si creo en el destino, como cristiano, Dios puso estas cosas en mi camino. No para probarme, sino como "karma". Porque si "el reino de los cielos será de los arrepentidos" ¿Por qué no buscar cosas de que arrepentirme? No hay necesidad de querer una vida ejemplar, imposible de cumplir y que sólo me asegura ansiedad.
Es nuevamente revivir el concepto de pelo al viento, sólo que un poco más elaborado, dado que ahora soy calvo y ya tengo mis años. Más que vivir la vida, disfrutar de tu karma, y darle las gracias a tu vida pasada de insecto.
