Ha pasado un año y mis tíos quieren organizar una misa. Hace un año (menos un día) que no voy a una. Dios y yo estamos peleados, quizás injustificadamente (si es que llamas injustificado el asesinato). Yo siempre había pensando que esto iba a pasar en unos 20 años, no en más desgraciadamente por todas las enfermedades crónicas que padecen y que me han hecho a mi en un adicto al ejercicio. Pero nada me preparo para la partida rápida, la tragedia, la lástima generalizada por gente que no tengo idea. "El crimen del siglo", lo llamaron los noticiarios por más de una semana. Varios programas de televisión quisieron llevarme para hablar con ellos, pero yo no estaba para hablar, no estaba para conversar con nadie, ni siquiera conmigo mismo. Tuvo que pasar este año. Lo pase en las montañas, sobreviviendo como se podía, abandonando todo y a todos, en una especie de "stand by", por mientras algo de cordura volvía en mí. No he vivido un duelo, sólo he vuelto. No sé si me dio rabia al punto de querer matar al tipo que hizo eso, que asesino a mis padres y de pasada a mi espíritu, pero si ahora me preocupa el hecho de no haber sentido rabia. Por miedo y por lata a la lástima y a lo que yo podría hacer me fui, quizás fue lo mejor, dejé botado todo. En un año, sin televisión, universidad ni música puedes pensar en hartas cosas. Nada te da la respuesta para una pena, una injusticia, al final pude llegar a la conclusión (no sé si es una respuesta) que estas cosas no tienes que evaluarlas mediante eventos racionales y como todo sentimiento tienes que vivirlo. El irme quizás fue una forma de vivir las cosas, más que alejarme de las cosas y de la gente. No sabría dar un consejo de como superar las cosas, sino de como convivir con los fantasmas de no haber dicho todo lo que sentías a quienes más querías. Todas las lágrimas, todos los "¿Por qué?", todos los planes de venganza, dan lo mismo, porque al final de cuenta ha pasado un año y ellos ya no están. Sin despedidas, sólo con múltiples conversaciones post-mortem.
Una compañera me decía el otro día "Ya ha pasado un año", y eso se puede considerar harto y poco por distintas personas. Poco porque ella se acordaba de mi al conectarme a msn después de un año (menos un día). 37 ventanas abiertas preguntando lo mismo "¿Qué te pasó?" Quise optar por lo más fácil y respondí a todos "Volví, eso paso". No dudaría que ahora podría empezar un duelo, ir a esa misa, entrar a la iglesia después de un año. Hablar sobre lo que ha sido este año, irme para mi casa, solo, y dormir por meses. Quizás de a poco quiera empezar a volver a salir. De a poco empezar a estudiar, nuevamente. Los noticieros ya no hablan de este "crimen del siglo" y sólo ha pasado un año. Y más que darme rabia por lo rápido que se olvidan, es semi inspirador, dado que, quizás yo debería hacer lo mismo. No de ellos, sino del "evento". Pasó, tuvo consecuencias claras en varias personas y es inexorable. Pero la vida continua, aunque sea peor que antes, continua. Cortarla sería una actitud cobarde, vivirla a concho, quizás sería egoísta y superficial, aunque claramente es lo que hubiesen querido ellos, lo mejor, para su único hijo. Vivir la vida para ellos sería un error y vivirla sin ellos es una lata y es fome. No me falta inspiración por vivirla, tampoco una explicación para poder seguir. Quizás explicar que se necesitó una tragedia, una muerte, para empezar a "vivir", realmente, más que sólo consumir oxígeno. Ahora estoy viviendo, con el duelo, continuando, sin ellos, no por ellos, si recordándolos. Día uno del duelo.