Ayer me di cuenta de algo que ya sabía, el amor apesta. Pero también descubrí algo, el amor es increíble. Bueno, algo raro que tenga significado opuesto, pero si lo analizas (aunque no debería por ser un sentimiento), lo puedes llegar a entender. En mi vida, yo me he "enamorado" dos veces y bueno, las dos veces han sido igual (bueno primero es aclarar en que tanta historia de amor, decir dos veces suena un poco diminutivo, pero al final estos son cuentos, puedo desvariar sobre historias que no existen). En agudo algo que me llama la atención, una espinilla a punto de reventar, un seseo, un chiste fome lleno de ternura, algo netamente físico, etc. Después la mantención, ella hace algo que provoca que mi área de la creatividad se active y yo piense que hay una reciprocidad. Pero luego pasamos a una tercera etapa, la decepción. Que no tiene que ver con que yo no le atraiga, persé, no tiene que ver con que yo no sea capaz de "enamorar" a alguien en agudo, sino que simplemente la fantasía no era la realidad y eso por definición, siempre será así, por mera semántica.
Para mi, todo esto, es lo más parecido a una gripe, con mucha fiebre, mucho malestar general, mucho dolor de cuerpo. No quieres hacer nada, se acabo el mundo. Ahora, como buena gripe, dura unas cuantas horas y de vuelta a la realidad, con mi seguridad, confianza en mi mismo y pasándola bien.
Ahora, la parte bonita. Por algo sólo me ha pasado dos veces, generalmente soy un tipo frío, que me puedo encantar, me pueden agradar, de repente soñar con una u otra mujer. ¿Pero que me "enamoren"? Difícil, sobre todo porque amo más a mi soltería que a otra cosa. Es una rica sensación saber que no eres tan frió como para no enamorarte, saber que puedes llegar a tener el estímulo de hacer algo por alguien, meramente por "amor", no porque es lo correcto o porque sería lindo hacer algo bueno por alguien.