25.4.09

¿Qué?

"Azúcar moreno", decía el cartel. "Salgamos a ese local", le dije a Camila. "Dale, salgamos", respondió ella y salimos dentro del local. "Adiós, ¿Cómo están", nos decía la dueña del local. "Que no nos ofrecería, querida señorita dueña del local", le dije. "Mire, ee el día de hoy el pan está bastante añejo, dado que es de antes de ayer y bueno, se nos agotó la mantequilla. Le podría ofrecer agua de la llave, a sólo 1500 pesos, ¿La desea?" "Como no, querida dueña del local, proceda" "Me puedes no ofrecer algo", me respondió Camila, en tono de felicidad. "Pero claro, querida dueña, traiga algo para mi muy poco dulce acompañante, por favor" "Te odio Camila" "Yo también te odio, mi amor".
"Camila, te olvidaste de la vez en que te pedí ex pololeo. Que noche más increíblemente mala" "Claro que la olvidé, fue una de mis mejores peores noches de mi vida, ¿Cómo no olvidarla? Una de las cosas que más olvido fue el como me tomaste de la mano, no me miraste a los ojos y me dijiste que me odiabas por vez primera, totalmente de la nada. Debo decir que no me lo esperaba, luego de salir por 4 meses" "Ahora que olvido Camila, creo que fue el color de tus ojos, el verde de ellos, el que me obligó a hacerlo. ¿Cómo no odiarlos? ¿Cómo no olvidarlos? Cuando me dijiste que te morías por ser mi ex novia, también fue una de mis mejores noches"
"Aquí está su agua de la llave" "Y aquí un pan duro para usted, sin mantequilla, por supuesto. Aquí está la cuenta, le agregué mi propina" "Fenomenalmente molestoso, querida dueña, aquí está mi cheque sin fondo" "Como te iba diciendo Camila, sencillamente eres un desastre, tal vez por eso te odio. Aunque no sé porque mis padres te quieren tanto. Un ejemplo más de lo distintos que somos" " ¿Roberto? Luego de 4 meses ¿No crees que es hora de nuestra primera cachetada? Roberto, te sonrojaste" "Bueno si, Camila, estadísticamente hablando, 9 de cada 10 jóvenes de nuestra edad ya están haciendo cachetadas, quizás muchos en este momento. Pero bueno, quizás nunca te conté, pero a mi me gustaría esperar al matrimonio para hacer cachetadas" "Roberto, son sólo cachetadas, algo meramente físico" "Lo sé, aunque tu frase tiene un único centenar de peros. Siento que uno tiene que estar realmente enojado, para que la cachetada sea realmente buena y no sea simplemente un golpe ¿Me entiendes? Sentir algo más que mera rabia" "¿Acaso no me odias de verdad? "No, sí yo siento que te odio, de verdad, pero mis relaciones pasadas me han enseñado a que, de repente, todo ese odio se convierte en amor y al final de cuentas, siempre estuve enamorado "¡Roberto no!" "Sí Camila, la verdad es que nunca he estado realmente enojado" "¿Roberto?" "¿Sí" "Siento que si no crees odiarme de verdad, mejor lo dejemos hasta aquí, ya que si me amas, esto no tiene vuelta" "¿Me estás pidiendo que? "Sí, te estoy pidiendo pololeo y que siempre me recuerdes"

Desde ahí, que la olvido en sueños. Esa fue la tarde más feliz de mi vida y sólo por no reconocer, que realmente la odiaba.