¿Por qué tengo que sentirme mal por estar enamorado? ¿Por qué tengo que ocultar mis sentimientos? ¿Por qué me tengo que guardar mis ganas de mejorar el mundo, sólo para que ella esté mejor? Sé que ella ya no me quiere, que todo término y que simplemente me tengo que hacer la idea, de que en algún momento remoto, otro badulaque va a ocupar mi puesto, al que yo no renuncié, me echaron, sin posibilidad de reclamos o de mejorar. ¿Por qué tengo que guardarme las ganas de estar con ella, si es lo que mejor me hace estar? Que estoy mal y la solución es tan simple, un abrazo. Y ese abrazo va a ser imposible, una vez que otro tome mi lugar ¿A quién abrazo en ese momento? ¿La foto de quien voy a tener en mi billetera? ¿La imagen de quien voy a tener en mi memoria, cuando piense en lo lindo que sería mejorar el mundo? Yo creo que va a ser ella, pero para ella yo no voy a ser, salí del mundo y del verbo ser o estar.
Tal vez es culpa mía por habérmela jugado, haber sido extrovertido una vez en mi vida y no quedarme en mi fortaleza de la soledad, que tan escondida está. Recuerdo la soledad previa al noviazgo, no es lo mismo. La soledad de hoy es distinta, la de antes era por un supuesto, la de hoy es por una realidad. Vendrán otras, ¿Vendrán otras? Puede ser, de cierta manera. Pero tan sólo hay una que voy a ocupar de imagen para mejorar, aunque sea de otro. No es lo correcto, pero ante esta broma del destino, uno tiene que improvisar.