27.11.08

¿Cuál es el afán?

No entiendo cual es el afán de la gente de encontrarle o darle un significado a las cosas o a la gente. "Es que ella significaba tanto" "El era tan genial" "Hay un pre y un post después de esta relación o de este evento". Señores, no, ¡no! La verdad es que si, mi primer beso, mi primera vez, mi primera polola, mi primer día de clases, mi primer 7, mi primer rojo, mi primer gran amigo, mi primera gran amiga, todos, todas, ocuparan algún lugar de mi mente, llamado "recuerdos", ahí conviven los buenos y los malos. Pero eso son, recuerdos, nada más. No me marcaron, no soy una persona diferente, dado que no tengo como saberlo, sin inventar una maquina del tiempo y si ya la hubiese inventado, no estaría escribiendo esto, dado que estaría viajando a la luna con todo el dinero ganado en la lotería. Es casi una necesidad de que las cosas signifiquen algo, simplemente porque las hiciste. Es impresentable hacer algo, simplemente porque si, porque te dio la gana, porque tuviste ganas y ya. No por eso tienes que ser una basura de persona, puedes hacer lo que quieras y seguir respetando a la gente. Pero no por eso tiene que significar algo, más allá del día, la hora, el minuto, el segundo, en que lo hiciste. Fue divertido, "choro", novedoso, gracioso, increíble, adrenalínico, rico, exquisito, etc. Fue todo eso. ¿Por qué lo tiene que seguir siendo? La respuesta es que somos todos unos idiotas, al querer darle una importancia falsa, a algo que, en realidad, no nos importa, pero que nos duele que no nos importe, para no sentirse mal. ¿Pero quién piensa en nosotros? ¿Por qué siempre la conciencia y no nosotros? Hey, nosotros somos primero y luego ella, no del otro modo. Pasenlo bien y ya, en el momento. No perpetúen el como lo pasaste bien hace 17 años, con esas 17 personas o con ella o él. Si es que esa persona no leía mentes, convertía las cosas en chocolate amargo, se llamaba Kirsten Dunst y era millonaria y dispuesta a gastar todo su dinero en cómics y juegos de xbox 360 para su pololo, no vale la pena la perpetuación. Si es que ese lugar no estaba lleno de todo lo anterior, tampoco vale la pena el recuerdo.
En conclusión, a uno lo marcan ciertas cosas en la vida, pero son cosas que no son necesarias de pensar como importantes. La mente las trae a nosotros, pasivamente, sin necesidad de un pensamiento activo. Te la recuerda a ella, con su pelo rubio, durmiendo al lado tuyo, en una carpa a 2 horas de Santiago.