5.6.08

Me doy pena

¿La llamo o no la llamo? Ese es el dilema (tomando el teléfono celular en mis manos como si fuese un cráneo) Si la llamo, sería un necesitado de cariño, no de cualquiera, del suyo, pero no lo recibiría. Me respondería no de la manera que yo desearía, sería una llamada corta y sin ganas mutuas de estar hablando, por lo que mi necesidad inicial se convertiría en angustia, para luego pasar a posibles lágrimas, una vez escuchado el tono de cortado. Si no la llamo me quedaré con las ganas de escuchar su dulce voz, de saber cómo está, de llenarse de tranquilidad al saber que está bien y aún soltera, me quedaría sin escuchar su risa que me mata y sentir su olor a través del teléfono (cuando desarrollas mucho tu sistema límbico se puede, créanme), por lo que me quedaría poco tranquilo, para luego pasar a lágrimas por extrañarla. ¿Cuál de las dos es el menor mal? Sería increíble encontrar la respuesta, para mí, la pregunta eterna, si me hace mal estar con ella o el estar sin ella o ambas o la mezcla de ambas, que sé yo. Sería bueno saber de algún libro que tuviese la respuesta o de alguien. A veces siento que incluso pierdo la ironía, mi magia, mi “je ne se quoi”, que ya no le veo la gracia a lo malo, incluso si es gracioso. Insisto en que esto debería ser enseñado en el colegio, para así estar mejor preparado y no invalido mental como estoy ahora. Es como si mi sistema límbico se hubiese comido a mis hemisferios cerebrales y a mi tronco encéfalo y sólo se conectara con mi medula para hacerme sentir dolor, innecesario, por lo demás. Me acuerdo que la última vez que había sufrido por amor (nada comparado con ahora, tanto que ahora parece haber sido un deleite) me dije que lo mejor para olvidar era hacer que ella se volviese algo cotidiano en mi vida, así darle poca importancia (no la que se le da a alguien que uno evita), ahora sería apropiado aplicar la misma ecuación. Pero ¿Cómo hago cotidiana a alguien que no quiere estar conmigo? Difícil, podría pasar una foto suya a un poster y usarla como calendario o como blanco para dardos, me inclino más hacia la segunda. En teoría en varios años más me voy a estar riendo de la situación. Lo único que pido que lo que me de risa no sea el escribir que se me habría que haber olvidado de ella y no haber podido. Al menos la ironía habría vuelto.