12.2.08

La amistad verdadera entre hombres y mujeres está lejos de existir

Desde que tuve conocimiento de que hombres y mujeres éramos distintos y que la chica que era mi vecina no sólo era mi compañera de juegos infantiles, sino que de un momento a otro mi compañera de sueños amorosos, desde ese momento tuve la sospecha que la amistad verdadera entre hombres y mujeres no existe. ¿A qué me refiero con verdadera? Con esto me refiero a que los dos individuos que conformen la relación de amistad estén en ella sólo por ese motivo, amistad. Y la verdad es que dudo mucho de lo anterior. Siempre, uno de los dos, va a tener algún motivo amoroso con el otro, es inevitable, ya que las cosas que uno busca en un buen amigo o amiga en mi caso, son las que uno querría en una pareja. O simplemente por una cuestión carnal, somos mamíferos, tenemos instintos básicos como cualquier animal, salvo que nosotros también tenemos uso de razón. La famosa razón que nos dice que no sólo nos guiemos por los instintos, sino que por cosas superiores, como el amor, por ejemplo. Para mí siempre una de las dos cosas ha sobrado. Sobra el instinto básico o sobra la razón, pero claramente las dos cosas no deberían ir de la mano y menos escribirlas en la misma ecuación. Al menos no sin formar una tremenda paradoja en el continuo espacio tiempo. Porque claro. O tengo instintos básicos (con esto me refiero a que guío mi vida en base a ellos, como los animales, porque claramente todos los tenemos en sentido de pertenencia) o tengo la razón. Pero tratar de explicar mi instinto básico con mi famosa razón es algo que no voy a poder hacer. “Está malo besar a 12 chicas por noche”, mi razón me lo dice, pero es más entretenido seguir y hacer caso a mi instinto básico. Pero si me preguntan yo siempre les voy a decir que es malo ser polígamo. Claro que del dicho al hecho, bueno, sin lugar a dudas que hay mucho trecho. Y yo creo que es ahí donde cabe todo este asunto de la amistad entre hombres y mujeres. Porque yo, como hombre (claro, si me catalogan como humano, en teoría, debería ser hombre) si es que me relaciono con mujeres sólo para “aquello”, harían de mi ser alguien bastante vació y nadie quiere ser, “vacío”. La idea es tener algo de profundidad, para que así nuestros padres puedan comentar de nosotros en los asados familiares o en los partidos de tenis. No creo que un padre diría orgulloso “mi hijo besa a 12 chicas por noche y luego no las vuelve a ver” “Y tampoco tiene la leve inteligencia de cobrar. Lo hace gratis”. Con el simple hecho de decir que está malo hacerlo ese padre pasa a decir algo como esto “Mi campeón. Es un hijo de tigre. Ninguna se le resiste ah, es un ganador. Pero muy serio el cabro”. Es un “eso es malo”, para que nuestra amiga la conciencia, prima hermana de la razón, no nos moleste en nuestros sueños o en nuestras conversaciones pre sueños.
No creo que exista una pura y verdadera amistad entre hombres y mujeres. Es decir, yo sé que muchas mujeres, sobre todo la típica mujer bonita, piensan que tiene muy buenos amigos y muchos también. ¿Pero sus amigos lo harán simplemente por la dicha que les hace sentir que su “amiga” se encuentre bien? ¿O lo harán para ver si con ello logran alguna oportunidad? Me inclino un poco más por lo segundo. Ahora si el susodicho congénere no consigue nada con la susodicha y luego llega otra muchacha a sus sueños, bueno, otra historia y tal vez ahí esa relación ya se puede pasar a llamar amistad. Ahora ¿Se conformará con ser la segunda o tercera prioridad de aquel muchacho la chica anterior? ¿O ahora si que le tomará mucha atención, tanta que incluso le puede llegar a gustar el muchacho? De nuevo, me debo inclinar por lo segundo. ¿Entonces cuando hay una amistad verdadera? Dos personas, pasándolo bien junto al otro, esperando nada a cambio. ¿Entre hombre y mujeres? Yo creo que casi nunca, a menos que los dos estén pololeando (seriamente pololeando, no “pololeando”, como hoy en día). O que simplemente los dos no se gusten y haya 0 posibilidad que los dos se gusten. Por ejemplo, hombre y mujeres homosexuales, es una posibilidad. O que uno sea muy, pero muy amigo de su mamá o su abuela. Yo creo que más la abuela.
Al final da igual, todos van o hasta vamos a seguir dándole un nombre bueno a la relación. “Si somos muy amigos, nada más” Bueno, al menos la razón y la conciencia deben ser muy amigos. Pero ¿Serán amigos con ventaja?