16.1.09

Veo.

Ya hace un tiempo que veo películas como leyendo un libro, es decir, no seguidas. Me parece más interesante verlas de esa manera. Ahora, estoy viendo, por segunda vez, una película llamada “Cashback”. La traducción es algo así como “negocio redondo”. Lo gracioso de la película es que, es de amor. Pero no de enamoramientos, al menos no la trama principal, sino de la filosofía de amar. A mi siempre me ha llamado mucho la atención, el enamorarse. Nunca me he enamorado realmente, pero si he creído estarlo, muchas veces. Por lo mismo es un fenómeno que me atrae mucho. Pero es curioso, cuando yo he estado más cerca de enamorarme, no es cuando alguien ha estado más cerca de enamorarse de mi. Claro, la verdad es que yo no puedo saber realmente si es que alguien me ha amado o no, aparte de mi familia, pero creo que no, no me siento amado, amorosamente hablando, claro. Y no me trae problemas, de hecho sería peor estar solo, habiendo sido amado, pienso yo. Pero si estuve en una relación, donde pasó de todo. Alegrías, penas, peleas, buenos ratos, malos ratos y muchos quiebres. No fue una buena relación, pero si una experiencia genial. Ahora, dentro de las cosas que más se repitieron, fue el “Te amo”. Yo lo dije primero, pero no realmente sintiéndolo, nunca lo sentí. Más bien lo veía como un regalo, algo así como una rosa roja, pero en palabras. Puede sonar muy cursi, pero para mi el decir “Te amo”, es nada más que palabrería. Es como decir “Tengo pena”, en vez de estar llorando, sufriendo y sintiéndose como el ajo. Los sentimientos, bueno, como dice su nombre, se sienten. Verbalizarlos, les quita la gracia, los racionaliza, cuando no pertenecen al mundo de la lógica, son metafísicos. Quizás ahí radique el problema, dado que los seres humanos somos seres racionales. El tipo de la película tenía la misma duda que yo. Pololeó, le dijeron muchos “Te amo”, claramente él los devolvió. Tuvo sexo, le llamó hacer el amor, sintió que la relación era muy especial y única, le hicieron sentir que era de esa manera, hasta que se terminó. Se terminó, ya que al igual que a mi, se nos hacía imposible, hacerlas felices. A la semana, ella ya tenía una nueva pareja. Con la que lo pasaba bien, con la que se acostaba, a la que le decía “Te amo”. Y uno, bueno, un recuerdo, malo, bueno, pero éter, al fin y al cabo. Y al igual que a mi, el tipo sentía que su fémina, en cuestión, siempre miraba al lado y encontraba que “el pasto era más verde en el patio del vecino”. Y ahí entra otra condición humana, el estar siempre insatisfecho. Y no es un tema de féminas, los hombres también somos así y tal vez peor, porque somos inmaduros emocionalmente. Porque al fin y al cabo ¿Qué es amar? Es decir, se abusa de la palabra “Te amo”, como si fuese agua. Cierto, acabo de decir que para mi es un regalo, para los demás, puede que sea algo parecido. Pero es como un lema, un santo y seña que significa que estamos “enamorados”. Pero nadie sabe donde cresta está parado. Al menos yo no lo sé. En la película se toca mucho el punto del “Crush”, cuya traducción al español sería como “enamorarse o engancharse”. Pero también se utiliza cuando te quiebran el corazón. Curioso que la palabra sirva para antónimos ¿Será porque el inglés es más simple? ¿Enamorarse significa inmediatamente desilusión? La verdad, pensándolo lógicamente, yo creo que sí. Uno queda mucho más expuesto a sufrir, uno se quita los escudos y se la juega por una relación, simplemente porque es bonito jugársela por algo, en este caso, alguien. Pero al final, en la práctica, enamorarse es un sentimiento. Y no es lógico. No me acuerdo como terminaba la película, pero está claro, que el tipo se va a dar cuenta que su ex, no era para él y de seguro conocerá a otra más. Como nos pasa a todos. Y así es como debe ser. Porque al final, yo creo que a nadie le importa si le digo “Te amo”, habiendo abusado del término en una relación pasada. O si me acosté con la mitad de la Tierra, es decir, a mi me importa, pero al fin de cuentas, eso no importa. El punto está en vivir el presente. Ilusamente, pero plenamente. Y al final, eso es amar. O lo más parecido, al menos.