21.10.08

Feliz cumpleaños.

Desperté en una tina. Tenía frío y por lo que podía apreciar, estaba medio desnudo. La sala o pieza donde estaba estaba oscura, algo así como una bodega o casa de ferretería, en resumen un lugar donde no debería haber una tina. Al rato noté que el frió era por estar rodeado de hielo, desde el abdomen hacia abajo. Recordé las noticias del último día. Ahí hablaban del aumento de los raptos en fiestas, para robarles los órganos a jóvenes idiotas. Y yo como joven e idiota, estaba dentro del grupo de riesgo. Me toque detrás de la espalda y noté una especie de cicatriz, en el lugar donde debería estar mi riñón izquierdo, hice lo mismo al otro lado y encontré lo mismo, me habían sacado los riñones. De seguro llevaba 3 a 4 horas y sin riñones, me quedaban un par de horas con vida. Entré en colapso y traté de moverme, no pude. Me deben haber anestesiado o algo. Me fijé y mi celular estaba cercano a mi, casi arreglado previamente por una persona, para que lo notara y me salvará. Ahí recordé que era prepago y no tenía minutos, ¡maldita sea por no tener plan! El teléfono sonó, la llamada no era de alguien cercano, el celular comenzaba con 7. ¿Aló?, dije. ¡ALÓ!, grité. No hubo respuesta. Pasaron 5 minutos de silencio y escuché, te quedan 3 horas y cortaron. No pidieron rescate, no me exigieron dinero ni información. Yo era medico forense y en los casos que me había tocado vivir, la gente elegida para esto, no eran simples secuestrados, era una venganza. Pero yo no sabía de nadie que me odiara tanto como para esto.
Comencé a recordar lo que me había llevado hasta allí. Recordé estar en una fiesta, con mi mejor amigo. Recuerdo a esa muchacha, tez blanca, pelo negro, mi preferido. Ojos verdes, feliz cumpleaños para mí. Sí, al otro día estaría de cumpleaños, que manerita de celebrarlo. Decidí que el mejor momento para retomar el alcohol, era ese día, no siempre se cumplen 30 años. Bailé con la chica, recuerdo su figura, su swing, la recuerdo ofreciéndome la bebida y nada más, ahora estoy muerto de frió y estoy comenzando a marearme, no doy más. Recordé a mi mamá, a mi papá, a mi abuelita fallecida, a mis amigos, a mis "amigas", a mis ex, a mis andantes, etc. Y me puse a llorar, como nunca antes. Eso me hizo sentir peor. Me dio rabia terminar mis días así, engañado, por una ramera. Engañado por algo que iba a hacer de todas formas, donar mis riñones, y mi Hígado y mi corazón y mis pulmones, etc. Pero el dinero se impuso, muerto, por dinero, muerto para que mis riñones terminen en un idiota, que los arruinara teniendo diabetes, perfecto.
Llamaron de nuevo, sentí pasos a lo lejos, mis ojos se cerraban, mi vida se esfumaba. Contesté, para poder decir mi último hijo de puta, con vida. Es gracioso pensar que iban a ser mis últimas palabras con vida. Contesté, los pasos se hicieron demasiado notorios, venían fuera de la puerta de la pieza. ¡Alo! ¡ALOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO HIJO DE PUUUUUUUUUUUUUUT! Se abrió la puerta, se prendió la luz, ¡Cumpleaños sorpresa! Sí, eran las 12 de la noche.