26.11.07

La caballerosidad ¿Un derecho perdido?

La escuela me hizo mal. Es decir, me preparó pésimo para la vida. Me engañó, me estafó. En mi colegio no existían mujeres. Colegio de puros hombres, es que lo más cercano a una mujer no eran siquiera las mamás de mis compañeros (todos eran huérfanos, sin madres), sino que algunos alumnos afeminados, entre los cuales no me encontraba, al menos eso pienso yo. Cuando nos hablaban de estas “mujeres”, era como si nos hablaran de deidades, semidiosas, cuasi criaturas divinas. Así que el colegio, más que ser una empresa dedicada a prepararnos para la vida en conocimientos, nos preparó haciéndonos caballeros, no a todos, claro. Por esto mismo, al salir de la susodicha preparatoria, mi visión y esperanza, eran la de encontrar sólo damiselas, en este mundo nuevo para mí, es ese momento. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta que estaba equivocado, el director y todos los profesores de mi colegio estaban equivocados. O quizás yo viví en una gran mentira, creada por una mente llena de ilusiones, sacada de todas las películas de Disney.
Antes, me refiero con esto a tiempos de antaño, casi cercanos al Jurásico, el título de “Damisela” era algo adquirido, un carácter inferido en los personajes femeninos. Por lo mismo el hecho de actuar con hidalguía y caballerosidad era algo obvio y lo políticamente correcto para la época. Uno ni siquiera se preguntaba si tratar de esa manera a cierta mujer, se hacía y listo. Pero ahora, bueno, ahora es otra cosa. Ni siquiera puedo tratar de explicar la manera en que me he defraudado. Es decir, para ser preciso, si puedo tratar. Siempre pensé que las mujeres iban a ser mejor que los hombres, algo así como el buffer de los malos pensamientos y el mal actuar de los hombres. Pero me equivocaba. Son tan malas como los hombres. Incluso peores, porque insisto, antes no se esperaba esto de ellas. Evolutivamente hablando están involucionado a cavernícolas. ¿Acaso yo estoy evolucionando a una mujer? No es algo muy bueno para mi muy masculina figura de macho alfa.
La caballerosidad no es algo que se infiera actualmente, señora, señorita, es algo que se gana. Al menos así es ahora. En realidad debería promulgar una ley que impidiera el hecho de ceder puestos, asientos, dar la pasada en la calle, en el supermercado, etc., hacia las mujeres. Al menos no de la nada o al menos no con preferencia sobre otro mamífero. ¿Porqué ellas sobre un Poodle? No me lo explico.
Para finalizar reitero que la caballerosidad no es un derecho, no pueden exigirlo, tienen que ganárselo. A lo mejor la caballerosidad perdida vuelve, a lo mejor. Pero me gustaría ver renacer una damicelidad, primero. Sería bueno.