28.5.06

Como reprobar en una prueba, en dos y sobrevivir en el intento…




Manual para perdedores

No estoy acostumbrado al fracaso y no es que quiera decir que soy perfecto o algo por el estilo, pero académicamente debo decir que mi vida ha sido exitosa. No he sido el mejor siempre, pero si dentro de un grupo elitesco. Me acuerdo cuando era chico mi querido padre llegaba despotricando contra Raymundo y todo mundo porque el vago de su hijo Salado, osaba sacarse 6, 7 de promedio. Es que no iba a tener futuro. Y la verdad es que no me quejo de ese tipo de crianza, pero tal vez en una o dos oportunidades me hubiese gustado escuchar “Bien hijo, no eres tan imbécil” Así como le decían a mis hermanos (literalmente). Tampoco es que mi padre sea una mala persona, sólo que el fue más exitoso que nosotros a esa edad y ahora también.
Y así llegue a dar a un hermoso preuniversitario en 4º medio. Creyéndome un semidiós y mejor que todos (primer error, primer fracaso). Durante ese año todos sabían más que yo, poseros incluidos y los resultados a final de año lo demostraron. Debido a esto, tuve que repetir preu, es que era un año tan difícil. Y así el año pasado fue una especie de lección de vida, de modestia, de normalidad hombre. Es que no todo son las notas, otras cosas también importan. Como comer, por ejemplo.
Un año más tarde aquí me encuentro, sentado frente a un monitor, aburrido y sin tener mucho que hacer. Sin tener nada que hacer debido a flojera, porque trabajo hay mucho, pero como dijo la española de promedio rojo, cuyas palabras quedaron inmortalizadas en mi morbosa mente, “no me apeteze” (con z porque ella era esssshpañolísima). Y tal vez ahí radique todo el problema, en la flojera. Pero no soy sicólogo y realmente los estudios sicológicos me tienen un tanto hastiado en estos momentos.
Nunca tuve química, bueno para ser honestos, tuve hasta 2º medio, pero era pésima. Si mi prueba más difícil fue cuando tuve que hacer unas tarjetitas con los símbolos de los elementos de la tabla periódica y después recitarlos. ¡Y podía elegirlos más encima! Por supuesto que elegí los más difíciles, seee (sí de cuica e irónica a la vez).Así que cuando yo entro en una clase de química, me siento como un niño que va por primera vez al zoológico, todas las clases son el primer día de clases de básica, salvo que mi mamita no me va a dejar a clases esta vez. Ahora estoy solo y así es como me enfrento a esta maldita materia, mi Némesis, mi kriptonita. Y no entiendo nada, de hecho, si fuese por ser un imbécil que no procesa nada, me sentiría feliz. Pero aparentemente no soy tan idiota, pero química me complica. Es como la mina ultra rica que a la vez es tu amiga y cada vez que le hablas balbuceas y haces ñoñadas (en realidad no tiene nada que ver, pero en fin). Con esa actitud llegue a mi primer semestre, tal vez con la idea de echarme ese ramo, para luego repetirlo sin ningún problema en el verano. Que pensamiento tan iluso, tan de niño, tan de flojo. Así que mi personalidad a lo William Wallace me obliga a estudiar, a dar mi 101 %, a alcanzar el séptimo sentido. Así voy a clases, así estudio horas extras, así repruebo mi primera prueba. Y la repruebo épicamente, de hecho tuve que inventar nuevos axiomas matemáticos para hacer los ejercicios. Esperando un 0, el 3,3 que me saqué parecía un regalo de navidad adelantado. “Es súper subible”, me decía la gente, ilusamente claro. Así empezó una nueva materia, “química orgánica”, lo único que había visto en el colegio. ¡Esta es mi oportunidad!, eso decía infantilmente hace un mes. Así iba a clases, así estudiaba horas extra, así me eche la prueba nuevamente. Lo peor de todo es que debería haberme ido bien, me sabía toda la materia de la prueba y en realidad me conforta haber aprendido algo de química por primera vez en la vida. Pero a la hora de evaluar la prueba, mi querida profe de química no evalúa la cantidad de esfuerzo que uno le pone al estudio. Así es como me podría echar el ramo y lamentablemente el ramo es requisito para todo, hasta para fútbol, basketball, tenis y gugitsu. Es que en esos deportes deben usar tanta química, me imagino. Yo creo que de echarme el ramo, hasta mis hijos estarían vetados de la carrera de por vida, así de brígido es el ramo. Toda una familia es perjudicada, por el error del tatarabuelo Salado.
Pero queda un mes, una prueba, una oportunidad. Sólo tengo que sacarme un 5 en la próxima prueba (en el colegio hubiese reído por horas si alguien me hubiese dicho que en mi futuro me deparaba esto). No es tan imposible en realidad, pero a Clark Kent nadie le exige nada cuando lo atacan con kriptonita, de hecho lo ayudan. Y a mi también me han ofrecido ayuda, tal vez sea hora de olvidar el estúpido orgullo de una vez y salvar mi pellejo. Y la verdad es que yo creo que saldré a flote en este ramo, el tema es que va a ser al filo del peligro, como a mi me gusta. Sin posibilidad de fallar y con la cara llena de risa.