2.4.06

Terrorismo sentimental


Iba a comenzar este relato, hablándoles de cómo, tras días de tortura, logré conseguir la clave de este sitio en la Web. Es que la clave del poder, está en las comunicaciones y lo TOP en comunicaciones el día de hoy, son los fotolog y el país con mas fotologs, en proporción al numero de habitantes y metro cuadrado, es Chile. Debe ser por lo hermosos que somos los chilenos, es decir, tenemos descendencia europea. Del mejor linaje que puso llegar en esa época. Conquistadores españoles que pasaban por rigurosas pruebas físicas. De las cuales deriva la prueba para ingreso a la Nasa, hoy en día. Pero no hablaré de esos días de tortura, quisiera dejarlos en el pasado. Aunque yo sé que algún día los demonios de este mi presente, más adelante mi pasado, irán a atormentarme. Hoy, esta vez, a continuación (escojan el nexo que quieran), hablaré de otra cosa y no de la linda chica que es dueña de este espacio. Está pololeando ahora, por lo que puedo ser golpeado. ¿Cómo sé que está pololeando? La gracia de la tecnología es saberlo todo yo lo sé todo, wuajajajajaja(risa malvada de terrorista de 24).
Pero vivo bajo el velo que me da el anonimato, por lo que puedo hacer cualquier cosa. Vivo mi vida como la de un espectador, que tras el partido de tenis, espera que su mensaje de texto haya salido elegido ganador de las raquetas Babolat, aunque ni siquiera sé jugar tenis. La verdad es que hace un tiempo he querido ser más que un espectador, pero la vida de un terrorista cibernético no es fácil. No es como lo pintan en las películas. Tampoco es como lo imaginaba en la academia de terroristas, cuando aún tenía esperanzas de un mundo de acción y reacción. ¿Por qué he querido ser más que un espectador? No lo sé, tal vez debe ser por la chica que observe un día a través de la visión 20/20 que me da mi satélite ruso, recién adquirido. Esa chica de ojos verdes. La chica de los libros en la mano. Me acuerdo que ese día era la única sentada en esa banca del parque. Me acuerdo que me fije en ella por la concentración que tenía en el libro que leía. Aumento el zoom y noto que el título del libro era “Moby Dick”. Era impresionante la concentración de esa chica, estaba absorta en su lectura matutina. Los chicos y chicas jugaban a su alrededor y ella inmutable. Desde ese día que la sigo, con religiosa y tal vez algo sicótico, fascinación. Desde ese día, ya avanzados 2 años, que la “conozco”.
Hace algún tiempo comenzó una relación amorosa. En el tiempo de vida de mi satélite, no había registrado otra interacción amorosa. Sólo la había visto absorta, tal vez Absorta era el nombre de la chica. La llame de tantas veces, tal vez por esto es que me tomé el trabajo de entrar en este sitio, las ganas de un nombre, de un tono de voz, de una sonrisa (Ohh Dios una sonrisa). Pero soy un terrorista, un título. El mundo ya no me ve como una persona, sino como una amenaza. Es cierto, he hecho mucho daño ¿Pero alguna vez alguien ha castigado a los que me han hecho daño a mí? No lo creo, ellos deambulan por la calle, sin ningún problema. Tal vez ellos si hablen con Absorta, la linda chica de los ojos verdes. Esto es la vida del vivir en el tal vez, en el quizás. Yo la elegí y ya no me gusta. Tal vez absorta podría convertirse en terrorista, al igual que yo. Pero eso sería demasiado fácil y las cosas demasiado fáciles no existen.
Por mi parte, continuo observando a esa chica, tarde por tarde, ahora acompañada. PENSANDO QUE DE NO SER, EL QUE SOY, PODRÍA ESATR CON ESA LINDA CHICA, DE LOS OJOS VERDES.